Qantas reniega del A380

Una década después de volar con el A380, Qantas pone en duda la viabilidad del gigantesco avión por su alto consumo de combustible

Después de Singapore Airlines, Qantas fue una de las primeras compañías que se enamoró del A380 cuando salió al mercado. Durante la última década el gigante de los aires se convirtió en uno de lo símbolos de la aerolínea australiana. Pero ahora no está tan segura de querer mantenerlo a su lado.

Un informe elaborado por el ex director de Finanzas de Qantas, Tony Webber, pone en duda la viabilidad del A380 en la flota de largo radio de la aerolínea. En él destaca que el coste del combustible, al contar con cuatro motores, es una clara desventaja respecto al Boeing 787 Dreamliner, también utilizado para los vuelos transcontinentales.

“Qantas puede volar con dos B787 entre Sídney y Los Ángeles con el mismo consumo de combustible que un A380”, describió Webber al diario The New Dialy.

El precio del petróleo descalabra los costes

La aerolínea australiana cuenta con 12 unidades del A380, que se utilizan para los vuelos a Londres –con escala en Singapur- y Estados Unidos.

Con lo que Qantas gasta en un vuelo del A380 entre Sídney y Los Ángeles pueden volar dos B787

“La compañía ha justificado que este alto gasto de combustible se compensa con la mayor capacidad de pasajeros del A380”, agrega Webber. Mientras que el gigante de Airbus puede transportar hasta 550 pasajeros, el avión de Boeing llega hasta las 290 personas.

Con un barril de petróleo más bajo, la ecuación tendría sentido, dice este experto que es director del centro Airlines Intelligence & Research. “Pero con precios que están entre los 80 y 90 dólares, (el A380) es poco económico e insostenible”.

La ventaja de los amplios espacios

La generosa capacidad de espacio a bordo del A380 fue uno de los motivos que sedujo a Qantas, que debe realizar vuelos superiores a las 15 horas para llegar hasta Europa o Estados Unidos. En el avión de Airbus los asientos de la clase económica miden 45,7 centímetros de ancho, frente a los 43,6 centímetros del B787.

La aerolínea había emprendido una ambiciosa renovación del interiorismo de su flota, que espera terminar en 2020.

El tamaño sí importa

Otra ventaja del Boeing es que puede operar en cualquier aeropuerto del mundo, mientras que el gran tamaño del A380 lo limita a menos terminales. Y las que lo aceptan, no pueden gestionar varias unidades al mismo tiempo.

El A380 necesita al menos 100 metros más de pista para sus aterrizajes, y sus mayores medidas (79,8 metros de envergadura contra 60,17 metros del B787) no son una ventaja operativa.

Este fue el problema que tuvo Norwegian con el A380 alquilado a HiFly, que llegó a tener hasta tres horas de demora en los embarques de Nueva York-JFK y Londres-Gatwick.

Los casi 80 metros de envergadura del A380 limita sus operaciones en muchos aeropuertos del mundo

El aeropuerto de Maldivas, la semana pasada, recién pudo aceptar al A380 de Etihad una vez que terminaron los trabajos de rehabilitación de sus instalaciones.

Éxito contra debacle en las ventas

El éxito del B787 frente al A380 también se refleja en sus ventas: mientras que el modelo de Boeing ha tenido 1294 órdenes de compra en su historia, el A380 rebaja a 317, de los que la mitad corresponden a Emirates.

Precisamente esta aerolínea lanzó un salvavidas a Airbus a principios de año con un pedido de 36 unidades, y evitó que el fabricante deje de producirlo por el desinterés de las compañías. Es que además de los costes operativos, los A380 tienen un precio de catálogo de 381 millones de euros, casi un 60% más de lo que cuesta el B787: 240 millones de euros.

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