Rolls Royce usa cucarachas para reparar motores de aviones

Rolls Royce desarrolla micro-robots para reparar y monitorear fallos de sus motores

El desarrollo de la tecnología llega a los rincones más pequeños de la aeronáutica. No estamos hablando de nanotecnología, pero tampoco se está tan lejos. Rolls-Royce presentó los prototipos de pequeños robots que pueden colarse en el interior de un motor e inspeccionarlo sin necesidad de desarmar la estructura.

Los modelos que presentó en la feria aeronáutica de Farnborough son la avanzada de proyectos más innovadores del fabricante de motores. Los robots, que recuerdan a una cucaracha pero con cuatro patas, pueden moverse de manera autónoma y con órdenes remotas.

Robots más pequeños que una uña

Estos micro-robots miden 4,5 centímetros, pero la idea de Rolls-Royce junto con la Universidad de Harvard es desarrollar unidades de 10 milímetros de largo. Estas pueden llegar a los rincones más recónditos de un motor, y gracias a una cámara y diferentes sensores pueden analizar dónde está la falla de la turbina.

Serpientes que alojan a cucarachas

Esto permitiría un importante ahorro de tiempo y dinero a las compañías aéreas, que sufren cuando tienen que dejar un avión en tierra por varios días para reparaciones y tareas de mantenimiento.

Las cucarachas-robot pueden meterse en la estructura del motor dentro de una ‘serpiente’, que es otro tipo de robot que más bien recuerda a un tubo de endoscopia.

Las cucharachas-robot, de un centímetro de largo, podrían llegar al interior del motor alojadas en una serpiente de metal

Dotado de un sistema de anillas como un reptil o una lombriz, estos ‘robots flare’ puede contorsionarse por las partes más pequeñas, y cuando haya llegado a la zona de problemas libera a las cucarachas-robot para que busquen donde está el fallo.

Pensamiento en enjambre

Un rasgo llamativo es que los insectos también sirven de inspiración para el análisis de los problemas. Se trata de que ejecuten el denominado “pensamiento en enjambre”, donde cada uno de los robots aporta una cuota de información que es analizada por un procesador central, que va dictando las órdenes.

El objetivo de Rolls-Royce es convencer a sus clientes (Airbus y Boeing, y de allí a las aerolíneas del mundo) de que sus motores, además de su rendimiento, se pueden reparar en menos tiempo. Es una forma de compensar los problemas que han tenido los motores Package B, que se utilizan en los B787 Dreamliner de Boeing.

Micro-periscopios para vigilar motores

Además de estos micro-robots, la compañía británica tiene en carpeta un proyecto para dotar a las turbinas de robots que, más bien, serían como pequeños periscopios de diez centímetros de largo.

Dotados de una protección adecuada para que no se achicharren con las altas temperaturas, el objetivo es que hagan un monitoreo constante de las funciones vitales del motor, y transmitir en tiempo real la información vía satélite a un centro de control. En caso de problemas, el fabricante lo podrá detectar enseguida y preparar la logística para la reparación.

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