Ryanair renueva su cara amable

La aerolínea venderá billetes de otras compañías y añadirá nuevas tarifas para convertirse en “el Amazon de los viajes”

El lado oscuro lo conocemos todos: espacio diminuto para las piernas, ni un triste vaso de agua servido a bordo y, hasta hace poco, esa odiosa melodía para celebrar los aterrizajes puntuales. El rostro del éxito: vuelos baratos, la mayoría de veces puntuales y un cambio del puño de hierro por el guante de seda –perdón por el tópico—en los últimos años. Ryanair ha abandonado el parche de aerolínea pirata y este jueves ha presentado la cuarta tanda de novedades del programa Always Getting Better para mimar al pasajero.

Si las decisiones estrella fueron permitir dos bultos a bordo –una política ahora en revisión—y reducir los recargos a los viajeros, la compañía navega ahora para convertirse en “el Amazon de los viajes”. ¿Cómo pretende conseguirlo? La firma dirigida por Michael O’Leary quiere dejar de ser una simple aerolínea para ser una empresa de viajes global: Ryanair Holidays, la filial de turoperación, y Ryanair Rooms, su Booking, serán las dos puntas de lanza.

Sin embargo, Ryanair trabaja para darle al turista todo lo que necesita. Con el transporte y el alojamiento solucionados, la operadora incorporará guías de viajes y sugerencias personalizadas para los usuarios. En su trayecto por convertirse en una auténtica e-commerce, algo a lo que también aspira Easyjet, incluso añadirá nuevos bonos regalo y potenciará el buscador de tarifas para dar más visibilidad a sus ofertas.

Pese a la ambición, la aerolínea sólo es útil para los viajeros que elijan moverse por el Viejo Continente. Para remediarlo ya negocia con Aer Lingus y Norwegian Air para nutrir sus vuelos de largo radio y poder vender billetes a Estados Unidos y Latinoamérica. Una suerte de código compartido en la que la firma irlandesa emplearía su telaraña europea para llenar de pasajeros las rutas intercontinentales de sus socios.

Con más de 30 años en el aire, Ryanair ya cuenta con una masa de clientes fieles entre los 117 millones de pasajeros que transportó en 2016. La compañía se ha decidido a lanzar su propio programa de fidelidad con créditos utilizables en próximos vuelos y la posibilidad de sacar dinero en efectivo al realizar una reserva hotelera.

Pero los planes, las promesas y las perspectivas podrían saltar por los aires según el devenir final del brexit. Mientras el escenario más optimista mantendría al Reino Unido en el Cielo Único Europeo, una realidad pesimista provocaría que las frecuencias hacia territorio continental se rigieran por convenios bilaterales.

La firma augura una caída que ronde el 2% e incluso amenaza con un período sin vuelos entre las islas y el resto de Europa después de marzo de 2019, cuando se produzca de forma definitiva el adiós británico. Peor previsión tiene para Easyjet, a la que vislumbra una caída del 40% del tráfico, y para International Airlines Group, con la que especula una disolución de la alianza liderada por British Airways e Iberia.

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