Sepla desembarca en Iberia Express

El sindicato de pilotos Sepla creó una sección sindical en Iberia Express, aerolínea que nació hace siete años, y cuya creación fue resistida duramente por estos trabajadores por medio de una ola de huelgas.

La formación de esta filial sindical se entiende como una estrategia de Sepla de normalizar las relaciones con la aerolínea de bajo coste de Iberia.

El sindicato cuenta con representantes en Vueling, Easyjet y Norwegian, y está negociando con los directivos de Ryanair su reconocimiento. Sólo le faltaba Iberia Express para tener filiales en las principales aerolíneas de bajo coste.

Negociación por un nuevo convenio

La nueva filial estará representada por los pilotos Fernando López-Barranco, Joaquín Estrada y Antonio Martínez, junto con el delegado suplente Ignacio Stiperi.

López-Barranco adelantó cuál será su estrategia de negociación: “trabajaremos para conseguir un convenio colectivo que nos equipare a los pilotos de otras aerolíneas de nuestro entorno”.

La nueva delegación sindical de Sepla exige a Iberia Express que negocien un nuevo convenio colectivo de trabajo 

El argumento es similar al de los delegados sindicales en Vueling, que siguen negociando con esta aerolínea un convenio y una nueva escala salarial, al considerar que sus nóminas están un 30% por debajo de los pilotos de otras aerolíneas de bajo coste.

Exigen un plan a Iberia Express

Lo primero que solicitan los nuevos representantes es que Iberia Express, dirigida por Fernando Canela, ofrezca un plan “para que nuestros pilotos perciban una estrategia de futuro en esta compañía”.

Este punto, consideró López-Barranco, es “imprescindible” por “la escasez de pilotos con experiencia que existen en el mercado”.

Creación con polémica

Iberia Express fue creada en marzo de 2012 como una estrategia de la aerolínea española de reducir los costes en las operaciones de corto y medio radio.

En protesta por la llegada de esta compañía de bajo coste Sepla convocó 18 días de huelga en Iberia entre diciembre de 2011 y abril de 2012, lo que ocasionó un impacto económico que ascendió a 54 millones de euros.