Ultimátum a Ryanair: acuerdo en un mes o huelgas en agosto

Los sindicatos de tripulantes europeos amenazan con realizar una ola de huelgas coordinadas en Europa si en un mes Ryanair no cumple con sus demandas

Varios sindicatos de tripulantes de cabina (TCP) europeos acordaron emprender movilizaciones simultáneas –entre ellas la huelga- contra Ryanair si la aerolínea no cumple con sus demandas. El plazo máximo que dieron a la compañía es el 30 de junio.

La decisión fue tomada entre los sindicatos españoles USO y Sitcpla, junto con la portuguesa Snvpac, la italiana UIL y la belga CNE tras una reunión cerca del aeropuerto de Barajas-Madrid.

Qué exigen los tripulantes

Una de las exigencias de los trabajadores es que la aerolínea firme contrato con las leyes nacionales de cada país, y no bajo la legislación irlandesa, como es en la actualidad.

Las leyes laborales de Irlanda (sede de Ryanair) tienen menos derechos que en el resto de países de Europa occidental, como en los permisos de maternidad y la gestión de bajas por salud.

Si para el 30 de junio Ryanair no accede a las demandas, los tripulantes harán movilizaciones (entre ellas la huelga) en el verano

Otro reclamo de los TCP es que la aerolínea low cost aplique las mismas condiciones laborales a todos los tripulantes, ya sea de la propia propia empresa o contratados por agencias o empresas de trabajo temporario, y que se comprometa a respetar a los representantes elegidos por cada organización sindical para negociar el convenio colectivo.

Fecha límite

Si para el 30 de noviembre Ryanair se niega a cumplir con las demandas, los sindicatos anunciaron que a partir del día siguiente iniciarán “todos los procedimientos necesarios para movilizarse”.

Pero como cada país tiene sus propias normativas al momento de emprender este tipo de acciones, es posible que estas recién puedan anunciarse en la segunda quincena de julio.

Acciones simultáneas

La intención de realizar acciones simultáneas entre julio y agosto responde a la doble estrategia de forzar a Ryanair a sentarse en la mesa de negociaciones, y a evitar de que la aerolínea envíe tripulantes de un país a otro para compensar la ausencia de sus trabajadores, tal como sucedió con los empleados españoles destinados a Portugal a principios de abril.

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