AVE a París: hasta el ‘Centro del Mundo’… y basta

La nueva alta velocidad con Francia se antoja cómoda sólo hasta el Mediodía francés. En turista, los espacios son relativamente reducidos y algunos enchufes de butaca que no funcionan, falta wifi y los indicadores de velocidad no aparecen por ningún lado.

La nueva conexión de alta velocidad desde España a Francia parará en el Centro del Mundo. Este es el nombre con el se bautizó en su día la estación ferroviaria de Perpiñán, en la que ahora pararán las conexiones de Barcelona a Toulouse, Lyon y París, por un lado, y la Madrid-Barcelona-Marsella, por otro.

La denominación tiene algo de paradójico para una región, el Midi-Pyrénées, cuyas gentes se sienten a menudo olvidadas por el poder central de París. Tanto es así que el pasado domingo, cuando el ministro francés de Transporte, Frédéric Cuvillier (PS), anunció que empezaban los estudios preliminares para conectar Montpellier con Perpiñán, el auditorio rompió en aplausos como si hubiese anunciado que llovería maná del cielo.

“Muchos han criticado que siempre construimos alrededor de París, pero esta vez conectamos varias ciudades del sur de Francia sin pasar por la capital”, se defendió el ministro.

Sea como fuere, hubo orquestra en el andén y payasos, sardanas, banderas francesas y catalanas (no españolas) y abrazos en la estación. Por un momento, la pompa le dio la razón a la ministra de Fomento, Ana Pastor (PP), cuando anunció que “la frontera ya no existe a partir de hoy”.

Distancias cortas

Cierto boato y jolgorio de la población local entronca con las palabras de la ministra en corrillo de periodistas. “Esta es una región un tanto envejecida, y coger el avión para según quién es un trasiego. El tren es más cómodo”, valoró Pastor. La titular de Interior desgranó sus argumentos a bordo de un convoy, el AVE S-100, que se antoja cómodo hasta las ciudades del envejecido Mediodía francés… y basta.

Pese a que la nota repartida por “Renfe/SNCF en cooperación” (no hay marca nueva) informa de “una remodelación y modernización integral” de los trenes, hay deficiencias. En turista, espacios relativamente reducidos y algunos enchufes de butaca que no funcionan. La velocidad no aparece por ningún lado, aunque fuentes de Renfe aseguraban que “hoy no se alcanzará la punta”. En teoría, los S-100 pueden circular a 300 kilómetros/hora.
 

 
En turista, espacios reducidos y enchufes de butaca que no funcionan

 
Además de la fastidiosa falta de conexión wifi, la señal telefónica es intermitente y las conversaciones carecen de calidad. El viajero business –si lo hay- lo tendrá complicado. Por el contrario, la gastronomía está cuidada y la megafonía es en ambos idiomas.

En el apartado de deducciones, apunten unos interiores un tanto demodé y, ciertamente, la impresión de que los convoyes funcionarán bien hasta Perpiñán (una hora y 19 minutos), Toulouse (tres horas y dos minutos) o, estirando las piernas, hasta Lyon (cuatro horas y 53 minutos). No obstante, viajar en estos trenes hasta París (seis horas y 25 minutos) significará hacerlo más allá del Centro del Mundo.

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