Bruselas propone una ley que abaratará el billete de avión

MasterCard y Almunia pelean por las comisiones de las tarjetas de crédito, cuyos sobreprecios suponen 130.000 millones al año

Los pasajeros de avión podrían ahorrarse hasta un 10% del billete si la nueva ley contra las comisiones de las tarjetas de crédito se implanta en los términos anunciados por la Comisión Europea este miércoles. La idea en Bruselas es suprimir los sobreprecios que las aerolíneas cargan en el último proceso de la compra a través de Internet y que van vinculados al uso de las tarjetas de crédito y débito.

La legislación comunitaria exige que al menos una opción de pago sea gratuita. Las compañías aéreas decidieron crear sus propias tarjetas, en asociación con grandes bancos, para encauzar estos requerimientos. Pero es el sistema menos usado por los clientes, reacios a adquirir compromisos adicionales con las entidades financieras.

Un tercio de la tarifa

De este modo, hasta el 85% de las ventas mediante Internet o dispositivos móviles se encarecen por este tipo de comisiones. El coste adicional alcanza hasta los 14,5 euros.

Supone hasta el 10% del precio de un billete medio para viajar entre países de la Unión Europea, mercado dominado por el low cost. La cantidad puede equivaler, en algunos casos, hasta un tercio de la tarifa –impuestos a parte— que fija la aerolínea.

Por ejemplo, viajar entre Madrid y Barcelona en Vueling el 31 de julio, volviendo el 7 de agosto, supone 30,26 euros de billete, 79,72 euros más en impuestos y una media de 11,25 euros por comisión al cobro.

La reacción de MasterCard

MasterCard ha tardado exactamente tres horas en tomar la delantera para frenar el ante proyecto de ley europea que pretende poner límites a esas comisiones. La firma estadounidense busca lobista en Bruselas para poner palos en las ruedas al comisario de Competencia, el español Joaquín Almunia (PSOE).

Entiende que la futura legislación perjudica directamente a su negocio y a Visa. Ambos están especializados en el segmento minorista. Se quedan al margen, con una presencia en Europa muy residual, American Express y Diners, focalizadas en las empresas.

De momento, MasterCard ha advertido de que si el proyecto se implanta, subirá la cuota anual de mantenimiento. Es decir, que lo que no cobre por un lado, lo ingresará por el otro. Pero en Bruselas están dispuestos a reducir una factura de 130.000 millones al año que, por este concepto, pagan los ciudadanos europeos. Se trata del 1% del PIB comunitario.

Comisiones máximas

La medida propone fijar un máximo del 0,3% para el crédito y del 0,2% en el débito por transacción. De momento, algunos comercios pagan hasta el 2,5%, aunque incluye la tajada que añade el banco intermediario.

Cuando entre en vigor el nuevo reglamento, se prohibirá aplicar recargos por aceptar este sistema de pago. Las comisiones, recuerda Bruselas, son comunes para la compra de billetes de avión. Con la introducción de los topes, los costes para los comercios se reducirán sustancialmente y estos sobreprecios no estarán justificados, alega la Comisión.

Los negocios que mantengan American Express o Diners podrán cobrar la comisión adicional o bien dejar de ofrecer el pago a través de estas compañías. MasterCard, que hará frente común con Visa– según barrunta la Comisión— tiene 22 meses para tratar de influir en la Comisión Europea y suavizar la ley.

En un primer momento, sólo afectará a las transacciones internacionales. La norma se ha presentado este miércoles.

a.
Ahora en portada