Colau estudia crear una policía contra el intrusismo en el sector del taxi

El cuerpo inspeccionaría aplicaciones como Uber, los conductores de VTC y serviría también para controlar a los profesionales acreditados La petición fue formulada el pasado miércoles en una reunión con la alcaldesa.

Barcelona quiere poner contra la pared al intrusismo en el sector del taxi. Aplicaciones como Uber, ahora mismo inactiva, Cabify o los servicios de coches de lujo podrían tener los días contados en la ciudad condal. La causa, Ada Colau estudia la creación de un cuerpo de la Guardia Urbana especializado en detectar este tipo de vehículos.

Se trata de una petición de los conductores con licencia, formulada el pasado 9 de diciembre en el mismo consistorio. Los profesionales y la edil se reunieron para analizar la amenaza de pilotos sin licencia. La alcaldesa se ha comprometido a analizar la exigencia, si bien la decisión final no recaerá totalmente en sus manos. Amadeu Recasens, el jefe de las fuerzas de seguridad barcelonesas es quién decidirá si se forma un destacamento para frenar a los intrusos en el asfalto de la ciudad mediterránea.

No sólo Uber

Desde la Plataforma contra el Intrusismo apuntan a 02B que el objetivo no son sólo las aplicaciones tecnológicas. «Es quizás lo más mediático, y es un problema, pero ahora mismo estos piratas se lo piensan dos veces antes de salir», apunta un portavoz. «La principal amenaza son los taxistas de fuera del Ãrea Metropolitana de Barcelona que hacen servicios en la ciudad como si nada», lamenta. «Solamente podrían trabajar si tienen un contrato firmado de antemano y conectan con su ciudad de origen», prosigue para denunciar que conductores de «Sabadell, Mollet, Sitges o Terrassa» cruzan los límites a diario.

También ponen en el punto de mira a los servicios VTC, transporte con vehículos de lujo. «Estos también deben trabajar con un contrato y una ruta previa establecida», compara. Sin embargo, sólo hace falta ver «la puerta del Mandarin, el Claris o el Majestic«. «Se asocian con los hoteles para promocionarse y, claro, al cliente al que van dirigido le es igual si es un coche oficial o no», explica.

70 agentes

En la plataforma ponen como ideal los 70 agentes de los que dispone la brigada de transportes de París. Entienden, pero, las dificultades económicas que esto supondría. Aun así, lanzan un dato: «Ahora mismo hay cuatro inspectores para controlar 10.523 licencias, es imposible seguir así», ilustran. Por ello, se agarran a la promesa de Colau de «estudiar la viabilidad de las patrullas».

Pero sí que han logrado un compromiso en firme de la alcaldesa. El de formar a varios agentes ya en el cuerpo en el tema de transportes. «No haría falta que fuera en todas las comisarias, sólo en las más céntricas», matizan. Además, han obtenido la garantía de que el consistorio condenará el intrusismo y defienda «el actual modelo del sector del taxi» en un comunicado que se debería publicar en los próximos días.

El colectivo y la edil han quedado emplazados para otra reunión en el mes de febrero. Un cambio significativo, pues ningún sindicato de taxistas se reunió jamás con Xavier Trias.

a.
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