Colau relaja el veto a los cruceros para que contribuyan más a la economía de Barcelona

Barcelona en Comú pide más impuestos para un sector que aporta 413,2 millones al PIB de la ciudad. En la otra cara de la moneda, los estudios cifran el impacto medioambiental en un gasto equivalente al de 12.000 automóviles. Desde el puerto rebajan la relevancia del problema.

«Barcelona no ha sido responsable con los cruceros; habrá un límite». La frase es de Agustí Colom, concejal de Turismo de la ciudad. El Ayuntamiento y las asociaciones de vecinos han señalado a los cruceristas como uno de los focos problemáticos del debate sobre la masificación turística en la ciudad. En un primer momento se habló de «ordenarlos». Este jueves ya se trata de «gravarlos».

En la presentación sobre el estudio Impacto de la actividad de los cruceros en Barcelona, la concejal del distrito de Ciutat Vella, Gala Pin, ha manifestado la necesidad de «maximizar la recaudación de la tasa turística» entre los visitantes. Según este informe, sólo el 23,9% pernoctó en Barcelona, por lo que el resto quedó exento del impuesto. El tributo ya se está analizando en el Plan Estratégico de Turismo.

La edil no se ha olvidado de los vecinos y ha alertado que también se deben valorar otras situaciones, como «la expulsión de los vecinos» de los distritos más concurridos. A la queja se han sumado varios representantes de los habitantes de la ciudad, que no han dudado en tildar al sector de «lacra».

El impacto económico 

Los datos ya fueron presentados el pasado mes de setiembre. La llegada de navíos al Port de Barcelona aportó 413,2 millones de euros al PIB catalán de 2014. Una cifra que se eleva a 796 millones cuando hablamos de impacto -directo e indirecto- en la ciudad. Casi 2,2 millones al día.

Además, la actividad garantiza 6.759 puestos de trabajo y recauda 152 millones entre impuestos estatales, autonómicos y tasa turística. Unos datos que sustentan el modelo de éxito de la instalación: «Menos cruceros y más cruceristas, así podemos darles un trato más personalizado».

A vueltas con el impacto ambiental

El puerto cita datos recogidos por el consistorio barcelonés para desmentir la incidencia de los barcos en la contaminación de la ciudad. «Sólo el 1,2% del óxido de nitrógeno (NOx) de Barcelona existe por culpa de esta actividad», relativizan. Y añaden: «Al hablar de partículas en suspensión, el porcentaje baja al 0,2%».

Asimismo, quitan importancia a la contaminación acuática. «No creo que se pueda hablar residuos, pues no se lanza nada al mar», indica un portavoz. Los deshechos se recogen y se tratan en las plantas adecuadas.

El equivalente a 12.000 coches

Sin embargo, los cruceros distan de ser una actividad verde. Según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, estos navíos consumen el combustible equivalente a 12.000 automóviles. La novedad del verano en la costa catalana será el Harmony of the Seas, con capacidad para 5.479 personas; lo que representa más de dos coches por viajero. 

Al hablar de residuos, el bioestadístico John Uebersax calcula que el crucero promedio genera 1 kilo de residuos combustibles, 0,5 de residuos alimentarios y 1 kilo de vidrio y deshechos por persona al año. Todos son tratados en centros catalanes, según el Port.

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