Un astillero gallego construirá el megayate de Ritz Carlton

El astillero Barrera construirá un lujoso crucero con 149 suites para la cadena hotelera

El astillero gallego Barreras, propiedad de la petrolera mexicana Pemex, construirá un crucero de “ultralujo” para la cadena hotelera Ritz. La compañía está poniendo en marcha la nueva línea de negocio Ritz Carlton Yatch Collection, en la que ofrece itinerarios de entre siete y diez días a bordo de lujosas embarcaciones que “combinarán el estilo de vida de los resorts de lujo” de la firma con la libertad de unas vacaciones en yate.

Ritz Carlton pondrá en el mar tres embarcaciones a partir del cuarto trimestre de 2019. La primera de ellas la construirá Barreras y tendrá capacidad para 300 pasajeros. 

Ritz-Carlton, que destaca que será la cadena de lujo pionera en ofrecer estancias en tierra y mar, asegura que los buques de la Yatch Collection estarán dotados con 149 suites con balcón privado, y otras dos suites de ático duplex adicionales con 138 metros cuadrados, artesanías modernas y acabados interiores diseñados conjuntamente por Ritz-Carlton y la firma Tillberg Design de Suecia. Además contaraÌn con un restaurante con menúes diseñados por el chef Sven Elverfeld de Aqua, con tres estrellas MicheliÌn y situado en The Ritz-Carlton de Wolfsburgo, Alemania. 

Los viajes de este lujoso yate durarán entre siete y diez días, y los pasajes estarán a la venta a partir de mayo del año que viene. Sus rutas incluirán periplos por el Caribe, el norte de Europa, el Mediterráneo y las costas de Latinoamérica. El primer crucero navegaraÌ por una gran variedad de destinos seguÌn la eÌpoca del año, con escalas en destinos que normalmente no son accesibles para cruceros de gran tamaño y en puertos privados. EstaÌ contemplado que visiten lugares como Capri y Portofino en Italia, asiÌ como la isla de St. Barth (Caribe) y la ciudad de Cartagena (Colombia). 

El director del astillero, José García Costas, confirmaba hace unos días que el contrato obtenido por Barreras, que lleva meses negociándose, se haría oficial antes de acabar el mes de junio, y subrayaba que se trata de un «barco especial» y el «más caro» firmado por el astillero, a excepción de los grandes buques de marina. La empresa logró mantener su actividad gracias a la entrada de Pemex en el capital y el encargo de uno de los floteles para la petrolera mexicana construidos en Galicia. El resto de encargos prometidos nunca llegaron a concretarse.

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