Las reglas no escritas sobre la propina en los cruceros

¿Son obligatorias las propinas? ¿Cómo, cuándo y a quién entregarlas? Resolvemos algunas de las dudas más habituales a bordo

Más allá de la elección de los barcos, de los trucos para contratar el mejor camarote o la excursión perfecta, la cuestión de las propinas es, sin duda, la más controvertida de este tipo de viajes. ¿Es obligatorio darlas? ¿Cuánto? ¿Cuándo? ¿A quién? ¿Es igual para todos los barcos? Aunque no hay una política concreta, sí que existen ciertas reglas no escritas para acertar a bordo.

Técnicamente no es obligatorio dar propinas, al igual que en cualquier establecimiento de servicio público, y como en el resto se entienden como un gesto voluntario y espontáneo de agradecimiento.

Aunque técnicamente las propinas no son obligatorias, la mayoría de cruceros incluye una cuota de servicio por persona y día que viene a ser una propina automática

Sin embargo, es cierto que en un crucero se convive con el mismo personal durante varios días, a veces semanas, por lo que las propinas pueden considerarse algo más que eso.

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¿Tienen sentido las propinas?

Como explican en Cruise Critic, las propinas son en los barcos un complemento al salario -por lo general, bajo- de los empleados de las líneas que cruceros, que justifican esta política con el argumento de que fomentan mejores estándares de servicio hacia los pasajeros y les permite redistribuirlas equitativamente entre todos los empleados.

Por supuesto, complementan los sueldos del personal que, de asumir ellas como empresas, redundarían seguramente en el precio final de los cruceros.

Por supuesto que hay líneas, especialmente las más lujosas, como Seabourn, Crystal o Silversea, que no aceptan propinas. Lo que hacen es incrementar el precio de los pasajes y retribuir en proporción a su personal.

Bell boy, Queen Mary 2. Foto Cunard.
Uno de los botones del lujoso Queen Mary 2. Foto: Cunard.

Sin embargo, en líneas generales, la mayor parte de las compañías de cruceros añadirán cargos o “cuotas de servicio” más o menos automáticos en las cuentas de los que consumamos a bordo o bien ofrecen la opción de adelantarlas en el momento de la reserva, lo que evita el dilema y también la molestia de tener que pensar a cada momento en las propinas.

Con cada vez más servicios y restaurantes, es posible que un mismo pasajero sea atendido por diferentes equipos de empleados, lo que deja sin sentido la entrega de un sobre al final del viaje en el que se agradecía el trato.

Aunque la propina «automática» varía en función de la línea de cruceros, suele rondar los 10 euros por persona y día, que pueden pagarse de forma anticipada o al final del viaje

Sin embargo, si ya nos lo incluyen en el ticket, deja de ser un extra opcional para convertirse en un cargo más y, puesto que su cuantía puede desequilibrar el presupuesto inicialmente pensado, conviene tener en cuenta estas reglas de oro.

1. Cuándo, cómo y dónde

Los expertos recomiendan optar por las propinas automáticas, antes de la navegación o cargadas diariamente a su cuenta del barco. Estas cuotas de servicio, aunque difieren entre las compañías suelen rondar los 10 euros por persona y día (por ejemplo, MSC aplica 9 euros, Pullmantur 72 euros por cruceros de 7 días, Norwegian Cruise Line y Royal Caribbean 13,50 dólares por persona y día, y Costa Cruceros entre 10 y 15,50 euros).

Para cualquier propina adicional, conviene llevar efectivo.

Además de las que agradecen servicios especiales, existen aquellas ‘estratégicas’ que lo que buscan es asegurar el buen trato o la satisfacción de un deseo concreto, por ejemplo, una botella de vino en la habitación cada noche, la misma mesa en el restaurante principal, o nuestra bebida preparada en su punto exacto. Para eso, una buena propina inicial puede obrar milagros.

Además, si nuestro camarote cuenta con mayordomo, también sería recomendable gratificarle con una propina, así como a los guías de excursiones o los manipuladores de equipaje en el puerto (en estos casos, en función de la atención recibida).

También es necesario apuntar que, si no se está de acuerdo con los cargos porque el trato o el servicio no es el esperado, se puede reclamar su devolución, siempre antes de abandonar el barco.

Las grandes navieras ofrecen un mini crucero vip para sus pasajeros más exclusivos. Foto: MSC Cruises.

2. Personal ajeno al crucero

Las personas que cargan el equipaje no suelen ser personal de la línea de crucero, sino más bien trabajadores del puerto, por lo que las propinas a bordo no se reparten con ellos. La regla aquí pasa por tratarles como lo haríamos con un botones de hotel, con entre uno y dos euros de cortesía por maleta.

3. Mayordomo

Si tu camarote lleva asignado un mayordomo es posible que estén en contacto bastante directo con él. Aunque los cargos automáticos ya mencionados sí que son en parte para ellos, si realiza un buen trabajo se considera adecuado darles algo más de propina, especialmente si hemos tenido peticiones especiales.

La cifra aquí rondaría los 30 euros para una estancia de una semana, de los que se puede entregar la mitad al principio (ya sabes, asegúrate de caerle bien) y la mitad al final, siempre en función de la satisfacción, claro.

3. Servicio de habitaciones

Aunque parezca extraño, y a diferencia de los hoteles, las líneas de crucero no suelen cobrar por el servicio de habitaciones, aunque líneas como Norwegian y Royal Caribbean los están introduciendo.

En cualquier caso, lo correcto, según los expertos, sería dar una propina de entre 2 y 3 euros por cada petición.

4. Camareros

Por lo general, los tickets de los bares aplican automáticamente una propina que ronda el 15% pero, como mencionábamos arriba, si queremos asegurarnos de que el camarero recuerde cómo nos gusta el café o con qué ginebra preparar el gin tonic, una buena forma sería darle una buena propina inicial (sobre 10 euros, dependiendo claro de la frecuencia con la que pensamos dejarnos caer por allí).

En cuanto a los camareros del restaurante principal, si nos atienden las mismas personas durante todo el itinerario -y estamos satisfechos con el servicio- podemos considerar una gratificación al final de unos 10 euros.

5. Sumiller y maitre

El vino que pedimos con las comidas tiene su recargo de propina correspondiente, pero si nos gustan las recomendaciones del sumiller y nos guarda correctamente la botella que no hemos acabado para nuestra siguiente visita, podemos tener un detalle al final del crucero (entre 10 y 15 euros sería una cifra correcta).

En cuanto al maitre, en tanto que tiene un cargo superior -y seguramente mejor pagado que otros empleados- no hay por qué darle propina, a no ser que hayamos tenido alguna demanda muy concreta (por ejemplo, conseguirnos una tarta con velas para celebrar un cumpleaños a bordo) que haya resuelto de forma satisfactoria.

Excursiones cruceros. Foto Pixabay.

6. Excursiones

Los operadores turísticos que facilitan las excursiones, aunque las hayamos contratado en el barco, suelen pertenecer a terceras empresas, por lo que se recomienda ofrecer siempre alguna propina, tanto al guía (entre 2 y 5 euros) como al conductor (1-2 euros).

7. Spa

Los spas generalmente añaden propinas de alrededor del 15% en sus facturas, lo cual es suficiente compensación.

8. Capitán

Nunca hay que dar propina al capitán del barco ni a ningún otro oficial; estos puestos están suficientemente bien remunerados y hacerlo podría suponer una ofensa más que una muestra de agradecimiento.

Además de estas muestras de agradecimiento ‘físicas’, dar las gracias a quienes nos han facilitado las vacaciones de forma personal, dejar una nota o un comentario online serán, sin duda, bonitos y muy valorados gestos por los empleados del barco y sus superiores.

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