Las sorprendentes cifras que rodean a un mega crucero

Los números de un mega crucero siempre asustan: las gigantescas magnitudes de las embarcaciones más grandes del planeta solo se pueden entender recurriendo a las analogías, como cuando se recuerda que un crucero como el Symphony of the Seas es tan largo como tres campos de fútbol y tan alto como un edificio de 24 plantas.

Cuando hablamos de estos colosos de los mares, capaces de transportar de 5.000 a más de 6.000 pasajeros (además 2.000 tripulantes) hay un tema que invita a la fascinación: las magnitudes relativas a la gastronomía a bordo.

El magnetismo de la gastronomía a bordo

Alrededor de dos tercios de los viajeros en cruceros deciden tomar en este tipo de embarcaciones para disfrutar de su oferta de comidas y bebidas.

[Para leer más: El tamaño sí importa: estos son los 10 cruceros más grandes del mundo]

Y están lejos los tiempos en que las propuestas se limitaban a un pantagruélico buffet libre: hay barcos que despliegan hasta 30 bares y restaurantes, sin contar los comercios que venden helados, dulces o snacks.

Un mega crucero guarda 100 toneladas de comidas y bebidas para un viaje de siete días

La sofisticación de la gastronomía a bordo lleva a que renombrados chefs elaboren los menús para los viajes, y los restaurantes a la carta ganan en importancia así como las elaboraciones veganas o temáticas.

Dos de cada tres viajeros eligen los cruceros por su oferta gastronómica.

Números de vértigo

Según un estudio de la aseguradora Admiral Travel Insurance un mega crucero que transporta a 6.000 pasajeros atesora unas 100 toneladas de alimentos y bebidas en sus bodegas.

La maquinaria gastronómica despliega un ejército de cocineros, ayudantes, personal de limpieza, técnicos, camareros y gerentes de sala para atender a los viajeros, a un ritmo de 35.000 comidas al día; o sea, 250.000 por semana.

Grandes chefs como Jordi Cruz elaboran los menús para miles de pasajeros en los cruceros.

En estos cruceros se despachan cada semana cuatro toneladas de tomates, 2,2 toneladas de fresas y 46.800 huevos. Si a todos los pasajeros les agarrara el arrepentimiento y quisieran quemar las calorías que aporta este derivado animal deberían dar casi 94.000 vueltas alrededor del barco.

El peso de la carne

En cuanto a la carne que se prepara en miles de platos, las 8,3 toneladas semanales que se consumen equivalen al sacrificio de 12 vacas.

[Para leer más: Así es como funciona un crucero por dentro]

Los que prefieren comer un perrito caliente, una opción menos gourmet pero rápida y efectiva, podrían recordar que en un crucero se despachan 18.680 unidades.

Pastas tan altas como rascacielos

Para tener un desayuno más o menos habitual, mucha gente elige el tradicional café con una pieza de bollería.

Pues de esa bebida se consumen 120.000 tazas por semana y los pasajeros se alimentan con 67.550 pastelillos y pastas en ese período. Si cada uno se colocara encima de otro, alcanzarían la altura de cuatro edificios como el Empire State.

Las propuestas gastronómicas de un crucero van más allá del clásico buffet.

En cuanto a los helados, en un viaje de siete días se entregan 21.000 conos. Otra vez sirve la analogía con la arquitectura: si formaran una torre, superarían al Burj Khalifa, el rascacielos más alto del mundo, con más de 800 metros desde la cúpula al suelo.

Miles de litros de bebida

¿Y qué pasa con las bebidas? Consumir las alcohólicas implican un gasto extra para los bolsillos de los viajeros, excepto en los cruceros de lujo, donde ya suelen estar cubiertas en la tarifa.

Si se apilaran las pastas y piezas de bollería que se consumen en un crucero se superaría la altura del Empire State…en cuatro veces

Sin embargo, el estudio de Admiral Travel Insurance revela que en una embarcación se beben 16.862 litros de alcohol, suficientes para colmar 169 bañeras.

Esta medida se divide entre 31.900 botellas y 900 latas de cerveza, y 6.000 de vino. Y sin contar el consumo de cócteles (con y sin alcohol) y refrescos.