Pullmantur allana el posible cierre de su filial francesa

La filial de Pullmantur Cruceros cuestiona su operativa, ahogada por problemas de caja del grupo y malas prácticas del presidente

Desde la entrada del fondo Springwater como accionista mayoritario, Pullmantur vive en la incertidumbre. El último traspié se anuncia con los crecientes rumores de cierre de la división francesa del grupo de cruceros. Croisières de France (CDF), nombre de la filial, que estaría preparando, a tenor de algunas fuentes internas, el cese de sus operaciones, un paso más en el repliegue operativo de la marca. 

Las estrategias de Pullmantur chirrían en el sector del crucero desde la llegada de Springwater. El nuevo presidente de la compañía, Richard Vogel, cerró las operaciones del grupo en Latinoamérica, una espantada que ha abierto diversos frentes judiciales con socios locales. Este repliegue, según explican diversas fuentes a este medio, ha sido “apresurado y salvaje”. Además de recortar en el apartado de nóminas, la austeridad implantada en Pullmantur desde hace meses ha acabado por afectar gravemente a la operativa del grupo.

Una reciente sentencia judicial ha condenado a Pullmantur a pagar 40.780 euros a 54 pasajeros por la cancelación de un viaje en 2014 a tres días de su salida del puerto de Barcelona. El juez obligó a resarcir a los afectados por los gastos extra que tuvieron que realizar tras la suspensión del crucero Brisas del Mediterráneo, además de por daños morales.  

Esta misma nave ocasionó graves problemas a los pasajeros que se embarcaron el pasado 12 de noviembre en un viaje de placer con salida en la capital catalana. Las obras en el buque martirizaron a los pasajeros durante la semana que duró el crucero. Un grupo de los afectados preparan ahora una demanda colectiva contra Pullmantur, un nuevo frente para una compañía a la que se le acumulan los problemas. 

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