Los cruceros más lujosos sueltan amarras

La llegada del exclusivo crucero de Ritz Carlton refleja el desembarco de las hoteleras más lujosas en la náutica

El futuro crucero de Ritz-Carlton no tiene nombre, pero sí se conoce su meta: conquistar el sector del lujo en los mares del mundo. Que haya un crucero más exclusivo no es noticia, hay un buen número de compañías con naves más pequeñas que los gigantescos paquebotes que ofrecen tours por puertos del Caribe, Mediterráneo y otros destinos.

Pero lo novedoso de esta iniciativa es la llegada de una gigantesca hotelera como Marriott en el mundo de los cruceros. Lo que pretende Ritz-Carlton es imprimir su sello de lujo en sus naves, servicios y en las experiencias del usuario.

Galicia construye el primer yate

La primera de las tres embarcaciones previstas es construida en el astillero Barreras, de Galicia. Con 190 metros de eslora (largo), la nave podrá acoger a 298 pasajeros en 149 suites con balcón privado, además de dos suites de ático dúplex adicionales de 138 metros cuadrados.

El precio base para un viaje de siete días en el megayate de Ritz-Carlton es de 4.500 euros por persona

El interiorismo, con modernos toques minimalistas, es diseñado entre Ritz-Carlton y la firma Tillberg Design de Suecia. El restaurante Aqua presentará los platos del tres estrella Michelin Sven Elverfeld, a cargo de los fogones del hotel de esta cadena en Wolfsburgo, Alemania.

Observation Lounge
Una de las cubiertas del futuro megayate de Ritz-Carlton.

Dos años para la llegada del primer crucero

Los pasajes se pondrán a la venta el 11 de junio, y el primer crucero zarpará en noviembre de 2019. Todavía no se han presentado oficialmente los destinos, pero el gerente de la compañía Ritz-Carlton Yacht Collection, Doug Prothero, anticipó a Bloomberg que el megayate surcará las aguas del Caribe, el Mediterráneo, el norte de Europa, Latinoamérica, Canadá y Nueva Inglaterra.

La diferencia con los cruceros tradicionales no reside solo en la menor capacidad del pasaje (tres veces menos), sino en que los yates de Ritz-Carlton pueden arribar a puertos donde aquellas gigantescas embarcaciones no pueden atracar, como los de la islas de Capri (Italia), Kythira (Grecia), Canouan, Bequia o Tobago (San Vicente y Granadinas).

En tanto, en puertos más concurridos como puede ser Barcelona, Miami o Nassau, los barcos de la hotelera de Marriott pueden atracar más cerca del centro debido a su menor calado.

Otro enfoque en la experiencia de viaje

Los viajes de estos yates durará entre siete y diez días, pero su planteamiento también es distinto. La idea no es tanto llegar a otro puerto, sino disfrutar la experiencia del viaje. Por ello las escalas son más espaciadas, con cuatro puertos en una semana de recorrido.

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La cubierta inferior permite embarcar rápidamente a lanchas y otras embarcaciones ligeras.

Los programas que se pueden hacer en esta semana de viaje también son distintos a los de los cruceros convencionales. “Nuestros pasajeros pueden nadar entre tortugas en los cayos de Tobago o visitar un campo de lavanda en la Provenza”, describe Protero. Además el servicio Shore Concierge permite organizar tours exclusivos como visitas privadas a los museos más famosos o realizar vuelos en helicóptero.

Un viaje de siete días tiene un precio base de 4.500 euros por persona, y no incluye las excursiones, los programas de spa y las cenas en el restaurante Aqua. Si se es socio del programa de fidelidad de Ritz-Carlton hay una ventaja: tiene prioridad para las reservas de las suites.

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