Richard Branson, el magnate de negocios inglés, estaba a punto de tocar el cielo el pasado 31 de octubre poniendo a prueba uno de sus vuelos espaciales comerciales cuando un trágico accidente le trajo de vuelta a la tierra. Ese viernes, una SpaceShipTwo de la compañía Virgin Galactic se estrelló, provocando la muerte del copiloto Michael Alsbury y dejando herido grave al piloto Peter Siebold.
Branson aseguró un día después que la compañía iba a «aprender de lo que falló para descubrir cómo mejorar la seguridad». Pero al mismo tiempo, el máximo responsable del Grupo Virgin reconoció que entendían los riesgos que existen y que no iban a «seguir adelante a ciegas».
Dos meses después, el millonario británico se ha sincerado en su blog y en su cuenta de Twitter, donde ha asegurado que está «más comprometido que nunca» con su proyecto de vuelos espaciales comerciales y que su empresa se recuperará del accidente.
Branson ha enviado estos mensajes como propósitos de año nuevo. En el texto reconoce que, al principio, «tenía dudas sobre si era prudente proceder con el desarrollo de un nuevo SpaceShipTwo», pero en última instancia, él y la compañía decidieron seguir adelante.
«Abrir el espacio y hacerlo accesible»
«Mientras viajaba desde mi casa a Mojave –donde se produjo el siniestro– me vi cuestionándome seriamente por primera vez si debería continuar apoyando el desarrollo de algo que puede acabar en circunstancias tan trágicas», ha escrito Branson.
Pero fue en su equipo donde encontró las ganas de seguir adelante con el arriesgado proyecto comercial. Según relata el millonario, la respuesta se la dieron tanto los diseñadores como los constructores, los ingenieros, los pilotos y toda la comunidad que trabaja para Virgin Galactic y que «creen apasionadamente que hay que abrir el espacio y hacerlo accesible».
Tras el accidente, la National Transportation Safety Board (NTSB) abrió una investigación sobre el accidente que ha durado varios meses. En noviembre, los funcionarios de la NTSB informaron que el exclusivo sistema de flecos de SpaceShipTwo en su cola, diseñado para ser utilizado durante la reentrada a la Tierra, se había desplegado antes de tiempo durante el vuelo por un error humano.
Ahora, la compañía está dispuesta a seguir adelante con el sueño comercial de llegar al espacio. Un viaje al alcance de muy pocos bolsillos. Aquellos que puedan pagar los 200.000 euros que cuesta cada asiento.
Por el momento, la lista de espera cuenta con centenares de candidatos. Entre ellos, estrellas terrenales como Tom Hanks, Angelina Jolie, Brad Pitt y Kate Perry.
Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana , Aragón, Asturias, Castilla La Mancha y Galicia son las comunidades donde se encuentran las mejores opciones.
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