El diseñador Phillippe Starck presenta el vehículo eléctrico V, de uso turístico

Los clientes serán particulares con casas vacacionales, campos de golf y complejos hoteleros

El núcleo del diseño de la indústria se traslada al Salón del Automóvil de Ginebra. Recientemente se ha desvelado una de las sorpresas más esperadas. El legendario diseñador Philippe Starck ha creado un vehículo eléctrico junto al fabricante especializado en coches eléctricos Volteis que la próxima semana se exhibirá en el salón y que tendrá un coste aproximado de 30.000 euros.

El V Volteis se comercializará a través de 15 tiendas en Francia y en las principales ciudades del mundo. Entre los clientes habituales habrá particulares con casas vacacionales, campos de golf y complejos hoteleros que ofrecen los runabouts o simplemente como un servicio a los huéspedes del hotel.

“Si nos fijamos en los vehículos eléctricos que hay hoy en día, son increíblemente malos. Los diseñadores sacan el motor, ponen uno eléctrico en su lugar y no piensan en nada más”, afirma Starck.

Un capricho para pasear

Un día, en 2010, Starck fue a buscar ostras a la pescadería de Cap Ferrat, una localidad costera del Atlántico en la Riviera francesa. El dueño de la tienda conducía un utilitario eléctrico parecido a un Jeep, lo probó y se enamoró. El diseño minimalista del V Volteis se asemeja más a un carrito de golf que a un coche, y es que, es evidente que da prioridad al diseño por encima de su rendimiento.

El automóvil eléctrico pesa alrededor de 725 kilos, las ruedas delanteras están propulsadas por un motor de 4 kW para una velocidad máxima de 40 km/h y un alcance máximo de 60 kilómetros. El cargador de a bordo puede recargar totalmente la batería en seis horas desde cualquier punto de toma de corriente de 220 voltios, pero con tan sólo dos horas recupera el 50% de su carga.

Coche sin mantenimiento

La carencia del motor, los aceites y las pocas partes móviles a parte de las ruedas lo convierten en un coche que prácticamente no necesita mantenimiento. Inspirado por la ingeniería icónica del Citroen 2CV, Starck se deshizo de todo lo que consideraba superflúo.

No tiene ventanas y simplemente cuenta con la mejor electrónica avanzada, un techo para protegerse del clima, un volante elegante, un parabrisas, cinturones de seguridad y unos asientos de lujo que él llama spaghetti porque están hechos de cable PVC que le dan un toque muy chic.

a.
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