El maquinista trabajó más de ocho horas antes de descarrilar

Renfe se apoya en la normativa para alabar el sistema de seguridad

Todo el protocolo de seguridad el día del accidente de Santiago fue según lo previsto y dentro de lo establecido en el reglamento de circulación. Renfe no recibió notificación alguna sobre una avería o cualquier anomalía producida durante el trayecto. El Alvia siniestrado fue objeto de revisión esa mañana, una “intervención de servicio” en la que se comprobaron los frenos, y los sistemas de seguridad y comunicaciones.

En su intervención en el Congreso, Julio Gómez-Pomar aseguró que todo funcionó según las normas y protocolos de seguridad establecidos y enfatizó que ni la operadora ni Adif elaboran dichas reglas ni dictaminan cuando el trayecto se realiza en condiciones de seguridad. “Son técnicos, expertos y profesionales después de hacer numerosas pruebas”, aseveró el presidente de Renfe.

Dentro del reglamento, está también que el maquinista, Francisco José Garzón, trabajase más de ocho horas el día del accidente. Comenzó su jornada el 24 de julio a las 12.35 horas y la acabó sin llegar a su destino. En el momento del choque acumulaba una jornada laboral de ocho horas y 46 minutos, aunque el tiempo de conducción efectiva, el que pasó al frente de los mandos de un tren, fue solamente de dos horas y 42 minutos durante ese día, según explicó Gómez-Pomar.

En defensa del tren híbrido

El presidente de Renfe, en su segunda intervención en el Congreso tras las preguntas de los grupos políticos, salió en defensa del tren híbrido de Talgo que realiza la ruta entre Madrid y Galicia. Explicó que no es un concoy “pesado”, ya que la relación peso por eje es “muy inferior a otros trenes”.

Del mismo modo, insistió en que antes de su puesta en servicio fue sometido a muchos análisis, auditorías y estudios. La razón de ser del Alvia, explicó, es poder adaptarse a los distintos tramos por los que tiene que circular entre Madrid y Galicia. “Los trenes híbridos han circulado más de mil veces por esa línea”, sentenció en relación al tramo Ourense-Santiago, donde se produjo el accidente.

Otra vez contra el maquinista

Entonces, ¿por qué descarriló? Gómez-Pomar volvió a apuntar al exceso de velocidad y, en definitiva, al despiste del maquinista. “El tren toma esa curva con una aceleración lateral cuatro veces por encima de la permitida”, aseveró.

Revisión

A pesar de su acérrima defensa de la seguridad de las líneas ferroviarias del estado, Renfe reconoce que siempre se puede mejorar. La seguridad “es una asignatura continua”, según lo expresó Gómez-Pomar.

Con esta premisa, el presidente de la operadora anunció que los protocolos se están revisando tomando como base la investigación en torno al accidente de Santiago, “lo que permitirá continuar mejorando”, explicó.

a.
Ahora en portada