Cinco viajes en tren para enamorarse de Austria

Los paisajes alpinos, los pueblos escondidos en las montañas y las ciudades que presumen de elegancia se descubren con estos viajes en tren por Austria

Cuando se viaja en tren por Austria se tiene la sensación de que los paisajes fueron creados para ser disfrutado desde las ventanillas. La sucesión de montañas, ríos con rápidos y cascadas, lagos de aguas azul oscuro, prados de un verde intenso y pueblos de presencia bucólica son una experiencia que hay que conocer.

La mayoría de los trenes austríacos son operados por la compañía estatal ÖBB (de Österreichische Bundesbahnen), pero también hay 19 pequeños ferrocarriles, la mayoría de trocha angosta, que conectan a sitios más aislados en trayectos que también valen la pena descubrir.

De Viena a Graz

Si se hace base en Viena, uno de los viajes recomendados es el de la línea Semmering, que lleva hasta Graz, la segunda ciudad del país.

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Construida entre 1848 y 1854, esta fue la primera línea con un ancho de vía estándar de Europa. Es una obra maestra de la ingeniería que la llevó a ser elegida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Y al viajar se entiende por qué: el tren recorre 14 túneles (entre ellos uno de 1.431 metros que atraviesa una montaña), 16 viaductos (entre ellos algunos de dos niveles), más de 100 puentes de piedra y 11 de metal.

Ferrocarril de Semmering

El ferrocarril de Semmering es uno de los más antiguos de Austria. Foto: Wikipedia.

El viaje dura tres horas, por lo que es recomendado levantarse temprano y realizar una escala en el pueblo de Semmering, tradicional centro de esquí que en verano ofrece excursiones en bicicletas y kartings de montaña para disfrutar de comidas en las alturas de los Alpes.

Al salir desde Viena, se sugiere sentarse del lado izquierdo del convoy, para capturar las vistas panorámicas de las montañas, los valles y los precipicios del trayecto.

De Salzburgo a Innsbruck

Desde Salzburgo a Innsbruck hay un activo ramal ferroviario que pasa a Alemania a través de los bosques de Bavaria. Pero es mejor dejar de lado las prisas y tomar el servicio que se desvía por la pequeña ciudad de Bischofshofen, muy popular en época de nieve pero que en verano ofrece hermosos paisajes en sus valles con cascadas, así como paredes rocosas que atrapan a los amantes de las escaladas.

Tren Transalpino a la altura de Fieberbrunn

El tren Transalpino a la altura de Fieberbrunn. Foto: Wikipedia

En vez de tomar los trenes rápidos de Salzburgo a Innsbruck se recomienda desviarse por la ciudad de Bischofshofen, en un trayecto más largo y lento pero ideal para ver mejor los paisajes

Para este viaje hay que hacer escala en Schwarazch-St.Veit, la estación de Schwarzach im Pongau frente al río Salzach. En total el trayecto demora 3,5 horas, pero vale la pena realizarlo para descubrir los puentes de piedra, los ríos de aguas esmeralda, los monasterios enclavados en las cimas, los castillos bien restaurados y los pueblos que parecen extraídos de una postal como Zell am See.

Tren Mariazell

Entre los trenes de trocha angosta que circulan por las comarcas austríacas destaca el ferrocarril Mariazell, que une a la ciudad de St Pölten, capital del valle de Pielach hasta el santuario de Mariazell, un tradicional centro de peregrinación.

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Este ferrocarril cuenta con modernos coches eléctricos, que en la primera clase tiene grandes ventanales panorámicos para poder ver mejor el paisaje, en un trayecto que  transcurre por 19 viaductos y 21 túneles.

Mariazellenbahn

El tren a vapor a Mariazellen circula solo en verano. Foto: Mariazellenbahn

Pero si se quiere tener un toque más nostálgico se puede abordar, cada sábado del verano, el tren Ötscherbär, impulsado por una locomotora a vapor Mh.6 con más de 100 años de historia

Tren Arlberg

El ferrocarril Arlberg, que va desde Innsbruck a Bludenz, es el único de Austria que corre en sentido este-oeste. Su trazado -uno de los más altos de Europa- es internacional, compartido por ferrocarriles de lujo como el Orient Express. Pero es un trayecto complicado, a menudo víctima de desplazamientos, avalanchas y caídas de troncos.

Arlberg train

El tren Arlberg en su paso por el puente de Trisanna.

Su construcción data de 1880, cuando se soñaba con una red ferroviaria que pueda unir a Londres con Egipto, y conduce desde esa ciudad austríaca hasta las costas del Lago Costanza, en Suiza, en un trayecto de 136 kilómetros; que se puede extender hasta Zúrich.

El ferrocarril Arlberg es uno de los más altos de Europa, pero su mantenimiento es complicado por los deslizamientos y avalanchas en el corazón del Tirol

Las mejores vistas panorámicas de esta región del Tirol se logran si se sienta a la derecha, para así descubrir la silueta del castillo medieval de Wiesberg junto al vertiginoso puente de Trisanna y el color de los valles de Paznaun.

En el trayecto se pueden hacer escalas en los pueblos de Vorarlberg y Bregenz, donde es posible disfrutar de la fondue y otras delicias gastronómicas del oeste de Austria.

Tren de vapor de Anchensee

El placer nostálgico de tomar un tren a vapor se puede experimentar con el ferrocarril a vapor de Anchensee. Es un pequeño trayecto de solo 6,78 kilómetros, de acuerdo, pero es una maravilla ver a las locomotoras llamadas Hannah, Georg, Hermann y Theod ascender un tramo de 440 metros de desnivel en tan corta distancia.

El tren de Anchensee es uno de los más encantadores de Austria

El tren de Anchensee es uno de los más encantadores de Austria

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Este ferrocarril existe desde hace 128 años y une a la ciudad de Jenbach con la costa del lago Anchensee, el más grande de Tirol.

Cuando se llega al destino espera un barco que realiza viajes turísticos por las costas de este lago glaciar de aguas verdes.

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