Así es la jubilación dorada a bordo de un crucero

Diversas compañías ofrecen residencias permanentes para las personas mayores que quieran disfrutar de su jubilación a bordo de cruceros

Aunque las compañías de cruceros aseguren que los milenials son el público que más desean conquistar, el segmento de las personas mayores de 65 años y de alto poder adquisitivo son uno de los sectores más apreciados a los que seducen con una propuestas exclusiva: vivir a bordo de un lujoso barco.

La patronal Clia precisa que la edad media de los viajeros se encuentra en los 46 años, el registro más bajo de las últimas décadas.

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Pero el segmento de los cruceristas de 50 a 74 años es uno de los más importantes. Y son buscados tanto para viajes tradicionales como para cruceros pensados para vivir una jubilación de lujo.

Ser dueño de un camarote

Oceania Cruises lanzó, el año pasado, el programa “Snowbird in Residence”, que propone viajes de hasta 116 días por el Mar Caribe, especialmente diseñados para personas mayores que buscan una opción más lujosa que otros competidores.

Oceania Cruises, Crystal Cruises y otras navieras ofrecen residencias a bordo que pueden permanecer en propiedad por 40 años

Crystal Cruises, otra compañía de cruceros de lujo, detectó un filón de negocio en ese grupo generacional y presentará –a partir de 2020- las Crystal Residences, una serie camarotes que se podrían denominar como ‘apartamentos a bordo’ de casi 1.000 metros cuadrados, ubicadas en la parte superior de la cubierta, con vistas de 270 grados. Estos se pueden comprar con un contrato de propiedad de 40 años y ser traspasado a los herederos.

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Oceania Cruises ofrece viajes pensados para personas mayores por el Caribe.

Es la misma idea que desde el 2002 realiza el crucero The World, que como su nombre lo indica, se dedica a recorrer el mundo. Entre 150 y 200 residentes permanentes viven a bordo en estudios o áticos tipo penthouse de seis habitaciones, donde además de viajar también cuentan con talleres culturales y diversas actividades sociales.

Cruceros (casi) exclusivos para jubilados

No quiere decir que estos dormitorios sean exclusivamente para jubilados, pero son a las que más pueden atraer estas opciones. A ellos también se dirige Cruise Retirement, que ya con su nombre evidencia su estrategia: cruceros para personas retiradas.

Se trata de una embarcación que zarpará en marzo de 2019, donde 550 residentes (más que cruceristas) viajarán atendidos por una tripulación de 210 personas.

Este año también será el debut de Storyline Cruises, una compañía que propone dar cinco vueltas al mundo a partir de 2020, tocando 100 puertos de seis continentes. Cada escala dura de tres a cinco días, “no horas”, dicen en la compañía. Los itinerarios se deciden en consultas a los residentes.

Los 310 condominios a bordo se venden desde 136.000 euros, y según la naviera, los gastos mensuales “son menores a lo que se pagaría por una propiedad en una ciudad.

El coste anual de un camarote no está muy lejos de lo que sale una residencia de lujo para mayores 

En el caso de Cruise Retirement el coste anual de una plaza oscila entre los 150.000 a los 1,2 millones. Según expertos citados por The New York Times, el coste total es demasiado alto para la gran mayoría de los jubilados, pero no está muy lejos de los precios en los condominios de lujo para personas mayores de Miami u otras zonas de EEUU.

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Así son las habitaciones a bordo en los cruceros de Storyline.

Cómo es la vida a bordo

La vida a bordo en un crucero de lujo tiene a su cronista más reconocida en ‘Mama’ Lee Wachstetter, que con 90 años, navega hace nueve años en el Crystal Serenity. Pero su carrera en los mares comienza en 1962, en la que lleva 300 viajes, y siempre en la misma compañía.

Su libro “Puede que sea una homeless, pero deberías ver mi yate” es un éxito en ventas, y cuenta las razones que le atraen para gastarse casi 150.000 euros al año en cruceros.

Las personas mayores disfrutan de viajes culturales o en los que se pueden aprender a pintar, realizar fotografías o bailar

Levantarse tarde, asistir a clases de baile con un tutor (mientras su marido pasea por cubierta), comer y no tener que fregar los platos, conocer gente nueva, realizar excursiones y descubrir sitios lejanos a los que les sería difícil llegar son algunos de los puntos destacados.

Asistencia permanente

Además de estas razones los jubilados que realizan largos cruceros destacan que cuentan con una numerosa tripulación que puede ayudar en cualquier necesidad, y que los barcos cuentan con un equipamiento médico de alto nivel para evitar problemas de salud.

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Este segmento valora que en las comidas haya que ir con código de vestimenta, que los espacios y áreas comunes no tengan zonas oscuras y que las embarcaciones estén adaptadas para la movilidad.

Los cruceros temáticos también son un reclamo importante. Muchos viajeros ven que tienen la oportunidad de aprender baile, fotografía, pintura o música en los seminarios que se dan a bordo; mientras que otros contratan cruceros con programas culturales como los que recorren sitios históricos de Europa, una opción que solía ser muy demandada por antiguos soldados de la Segunda Guerra Mundial.

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