La factura de Spanair se come los ingresos de tasa turística de Turisme de Barcelona

El consorcio, además, paga un millón anual con dinero público al ICF por un crédito. El quebranto final es de 28 millones de euros.

«Volvería a hacer lo mismo». La frase es de Joan Gaspart, presidente de Turisme de Barcelona. La pronunció en la comisión Spanair del Parlament de Catalunya a mediados de febrero aunque no fue la primera vez ni posiblemente la última que lo hacía. El también presidente de Husa Hoteles jamás se ha arrepentido de la apuesta fallida que el consorcio turístico hizo por la aerolínea. Y eso que la factura, aún por pagar, es gorda. Lo suficiente como para hipotecar las acciones de marketing del organismo.

Los tres millones de euros anuales que están afectados por la quiebra de Spanair es una pequeña porción del presupuesto de Turisme de Barcelona, que en 2014 se fijó en 49 millones de euros. No obstante, es prácticamente el 100% del dinero público que recibe para financiarse.

Turisme de Barcelona se encuentra en fondos negativos desde la quiebra de Spanair. A finales de 2012, año en que la aerolínea presentó el concurso de acreedores, el consorcio turístico registró unos fondos propios en negativo de 12,4 millones de euros por avales que se esfumaron de la noche a la mañana. 

El organismo saneó en el ejercicio 2013 2,9 millones de euros. ¿Cómo? El Partido Popular de Barcelona, con el concejal Javier Mulleras al frente, no dudaron en señalarlo: con los 2,7 millones de euros que se ingresaron desde el Ayuntamiento de Barcelona en concepto de impuesto turístico. Con el ejercicio 2014 cerrado, Turisme de Barcelona debería reducir sus fondos negativos hasta los 7 millones de euros. La condición de organismo público es fundamental para que el consorcio no acuse del desequilibrio en su balance. 

Además del problema con los fondos propios, el organismo tiene un crédito de 15 millones de euros. En realidad, la cifra es más alta. Se deben sumar 3,3 millones en intereses y 127.000 euros en comisiones. Así, el montante final es de 19 millones. 

Turisme de Barcelona paga religiosamente cada año 1,14 millones de euros al Institut Català de Finances (ICF), el ICO catalán. El organismo hace frente a esta deuda con la aportación de un millón de euros que el ayuntamiento de la capital catalana le pasa cada año. No le queda otro remedio: la transferencia está pignorada. 

En total, Barcelona ha perdido 108 millones de euros de promoción económica. Catalana d’Iniciatives –empresa pública de capital riesgo ya liquidada– 19 millones; Turisme de Barcelona, otros 29; Fira de Barcelona, 35 millones; y directamente, el ayuntamiento, 25 millones.

 

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