La falta de gobierno en España lastra el despegue del aeropuerto de Andorra

Francesc Camp, ministro de turismo del Principado, lamenta la falta de interlocutores para sufragar el sistema de aproximación por GPS, imprescindible para la existencia de vuelos en los días de niebla

La aeronáutica de Cataluña tiene su propio Aeropuerto de Castellón. La tan cacareada instalación valenciana tiene a su homónimo al sur de los Pirineos: El Aeropuerto de Andorra-La Seu, una infraestructura con un coste de 10 millones de euros en la que aterrizan apenas algunos jets de particulares. La Generalitat financió la operación y se reparte los costes con el gobierno andorrano. Sin embargo, el recinto no tendrá actividad real hasta que no se instalen los sistemas de aproximación por GPS imprescindibles para aterrizar en días de niebla, muchos durante la temporada de invierno.

Francesc Camp, ministro de turismo y comercio de Andorra, intenta desmarcar a Cerodosbé la falta de los dispositivos con una mala planificación. «El equipamiento no se instaló porque lanzamos el aeródromo con los medios mínimos para empezar», reconoce. «Al principio tanto en Andorra cómo en Cataluña y España éramos optimistas, pensábamos que podríamos salir adelante», añade. Hoy, ninguna compañía ofrece vuelos regulares desde la instalación, que sirve de garaje para los aviones privados de los millonarios que visitan la región.  

El aislamiento continuará, al menos, hasta que haya un nuevo inquilino en La Moncloa. «Las obras deben estar financiadas por la administración central, y estaban sobre la mesa», avisa. Sin embargo «con la falta de gobierno, se ha frenado la interlocución». Se acerca, pues, otro invierno sin vuelos. «Confío en que se pueda equipar la instalación», repite Camp. Admite, pero, que sin el sistema de aproximación por GPS las compañías de cierto nivel europeo dan la espalda a Andorra-La Seu.

Un ‘chollo’ para las arcas andorranas

Pese a estar condenado al ostracismo, la base no supone un agujero negro para los cuentas del Principado. Gestionado por Aeroports de Catalunya y sufragado por la Generalitat, Andorra no invirtió ni un euro en la construcción. El país asume una parte de los costes anuales de gestión hasta un máximo de 300.000 euros. En el último ejercicio disponible, los números rojos fueron de 420.000 euros, de los que el estado «asumió más o menos la mitad», explica Camp. 

«El proyecto de Andorra Airlines tiene sentido, pero no tenemos noticias de los promotores», lamenta Francesc Camp

Según la memoria económica del plan urbanístico para ampliar la instalación, el 75% de los futuros usuarios irán a parar al país vecino. En sus previsiones más optimistas, el texto señala: “El impacto económico total producido en el territorio hasta 2030 se preve que sea de 120 millones, de los cuales casi 25 impactarían en Cataluña y poco más de 95 sobre Andorra”. 

Sin noticias de Andorra Airlines

La aerolínea que debía llenar de vida el aeropuerto era Andorra Airlines, una compañía promovida por empresarios del país con la vocación de conectar la región con capitales europeas como LondresParísMadrid y Lisboa. «El proyecto tiene sentido, pero no tenemos noticias suyas», lamenta el ministro. El lanzamiento estaba previsto para junio, en temporada baja, pero la venta de billetes no aparece por ningún lugar y los responsables parecen haberse esfumado. Por si a caso, Camp aclara que el gobierno carecía de vinculación con la entidad y en ningún momento se llegó a firmar algún «acuerdo de colaboración que comportara un gasto para las arcas públicas».  

Si bien es imposible comprar un sólo pasaje, la página web de la empresa sigue prometiendo conexiones con Madrid, Palma de MallorcaOporto y París. 

«En Andorra hay unas 1.500 camas en situación ilegal, aunque no diríamos que estamos frente a un problema grave», apunta

¿Y el alojamiento?

Si bien la conectividad aérea es prácticamente inexistente, Andorra se centra en convertirse «en un destino cinco estrellas». Para ello, revoluciona su oferta hotelera con tal de atraer nuevos inversores. Según la consultora Magma Hospitality Consulting, el salto debe llegar de la mano de «cadenas internacionales» que se asocien con los empresarios familiares andorranos. Mientras, Camp explica que el sector empieza a ver la luz pese a haber sido de los últimos en salir de la crisis, en gran parte por el impacto de los apartamentos turísticos.

«En Andorra hay unas 8.000 camas en este tipo de alojamiento», detalla el ministro. «Y aproximadamente unas 1.500 en una situación ilegal», añade. Pese a no calificarlo como un problema grave, señala que la nueva legislación permitirá perseguir y sancionar con más herramientas a los propietarios. «Ir contra Airbnb o Homeaway es muy complicado; las puedes demandar pero tienes que jugar con las normas del país en el que están radicadas», explica. Con la nueva estrategia se podrá registrar cada piso y saber quién hay detrás. 

«El casino de Andorra no será tan ambicioso cómo BCN World o Eurovegas, pero tendrá la exclusividad en el país y una licencia para 30 años de actividad»

Cinco líneas de trabajo 

Sin embargo, para que un turista vuele y se hospede en Andorra debe encontrar una oferta de ocio atractiva en el país. Desde el Principado se trabaja en cinco líneas de acción: La nieve, las compras, la salud, la cultura y la montaña -en temporada de verano-. El éxito de cada ámbito contrasta desde el éxito contrastado del esquí hasta el necesario reenfoque del shopping «que ha perdido competitividad frente a otros destinos». Aun así, Camp se muestra especialmente entusiasmado con convertir el país en una referencia cultural: «Inauguraremos un Museo Thyssen en 2017 y mantendremos el espectáculo del Cirque du Soleil, que nos ayuda a convertirnos en una referencia mundial». 

De forma paralela, el Principado también prepara la licitación de su primer casino. Con una concesión para 30 años, tendrá la exclusividad en el país, «aunque no será tan ambicioso cómo Barcelona World Eurovegas«, señala. Pese a que se resiste a dar nombres, «hay compañías francesas y españolas interesadas». ¿El objetivo? Atraer turistas amantes del juego, «si pueden ser asiáticos, mejor, pues son los que más gastan». 

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