La naviera Trasmediterránea representa ya más del 8% de las pérdidas del grupo Acciona

La antigua compañía pública opera rutas propias con buques alquilados a otras compañías por disponer de una flota propia inadecuada

La histórica naviera Trasmediterránea genera pérdidas de casi 160 millones de euros a Acciona, que por primera vez cierra un ejercicio con pérdidas globales de 1.972 millones de euros. Es el tercer año consecutivo en el que los números rojos aparecen en la cuenta de resultados de la filial adquirida al Estado: en 2012 las pérdidas fueron de 14 millones de euros y en 2011 representaron 110 millones de euros.

El propio Jose Manuel Entrecanales, presidente del grupo Acciona, ha reconoció en varias ocasiones que el negocio de Trasmediterránea está muy ligado a la evolución económica general. Expertos del sector relatan que el negocio se ha resentido en los años de crisis por la caída de la actividad, que afecta a la existencia de menores volúmenes de carga, menor demanda de pasaje y a una reducción del tránsito de vehículos.

En esa misma línea argumental, los analistas añaden que Trasmediterránea arrastra una estructura de negocio que le impide hacer frente a los retos actuales de transporte marítimo de carga, pasajeros y vehículos. Básicamente tiene una flota sobredimensionada e inadecuada para la actual situación del mercado naviero.

El problema de la naviera privatizada por el Estado y que Acciona no ha sido capaz de enderezar radica en que cuenta con una flota inadecuada y unos costes operativos fuera de mercado, según señalan sus principales competidores. Los propios analistas bursátiles que han examinado las cuentas de la compañía matriz coinciden en señalan que necesita un cambio radical en ambas cuestiones para garantizar su supervivencia en un competido mercado.
 

 
Algunos buques contratados en los años previos a la privatización ya no eran necesarios cuando se recibieron

 
La mayor parte de la flota fue diseñada en los años de bonanza económica. Algunos de los buques que se contrataron en los años inmediatos a la privatización (2002) ya no eran necesarios cuando se recibieron. Según fuentes del sector se trataban de navíos tipo superfast, que alcanzaban altas velocidades pero con consumos elevados de carburante, lo que encarece los precios del combustible para la firma.

Los buques disponibles son inadecuados para las necesidades actuales del mercado, aseguran varios expertos. Ni siquiera cumplen esa condición los buques más modernos. O son muy pequeños o excesivamente grandes, con unos costes operativos que dificulta su explotación cuando no la convierte en ruinosa. En estos momentos, Trasmediterránea dispone de una flota de buques en servicio formado una decena de unidades. El mismo número de buques que tiene completamente parados.

En los últimos tiempos, la naviera ha intentado en varias ocasiones reinventarse. Bajo la Presidencia de Jorge Vega-Penichet se ha puesto en marcha un nuevo plan estratégico cuyo objetivo básico es racionalizar la actividad mediante el empleo de buques adecuados a una explotación rentable. Los primeros pasos del plan están dando resultados con la incorporación de buques fletados a otras navieras que si están adaptados a las necesidades de transporte actuales, al volumen de las rutas y a la demanda de la base de clientes.

Estos buques fletados a otras navieras para operar líneas de Trasmediterránea tienen unos costes de explotación inferiores a los propios. El personal es compartido y está formado por una tripulación técnica del propietario y una de servicio a bordo de Trasmediterránea.

 

 
Ha puesto en marcha un ERE para el personal de tierra y otro para el personal de flota

 
Conflicto laboral en ciernes

Esta nueva operativa está tensando las relaciones laborales hasta causar una amenaza de huelga en marzo, tal y como analiza la publicación especializada del sector Naucher Global. Actualmente, hay un expediente de regulación de empleo (ERE) para el personal de tierra y otro de carácter temporal para el personal de flota.

Fuentes próximas a Acciona reconocen que “operar buques propios en las actuales condiciones de gestión, con abultados costes laborales, es un callejón sin salida para la compañía”. Los diez buques que Acciona mantiene inactivos han sido transferidos a una sociedad filial para colocarlos en los mercados internacionales, vía venta, alquiler o desarrollo de otras oportunidades de negocio en mercados emergentes.

La misma fuente asegura: “Estos buques no son rentables para su explotación en las líneas de la compañía, pero pueden serlo en rutas de otras características”. De hecho, representa un cierta crítica a cómo se ha orientado la naviera en los últimos tiempos: “Nos ha costado años entender el negocio pero ya lo tenemos claro”.

Trasmediterránea ocupó apenas 10 minutos en el último consejo de administración de Acciona el pasado miércoles en Madrid. En esa reunión el máximo órgano de gobierno de la empresa cotizada formuló y aprobó las cuentas que se han conocido.

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