La niebla vence al aeropuerto de Lleida-Alguaire

El aeródromo catalán estuvo cerrado dos semanas de enero debido a la ineficiencia del sistema de guía para aviones en baja visibilidad. La mayoría de los vuelos se desviaron a Barcelona

El aeropuerto de Lleida Alguaire no puede luchar contra un enemigo que ronda esos lares años ha, la niebla, a pesar de los 2,5 millones invertidos en un sistema de guía electrónica para aviones (técnicamente conocido como ILS). La combinación de radares y señales luminosas ya se ha mostrado impotente ante la poca visibilidad de la zona.

En enero, cinco vuelos fueron desviados a Barcelona y a Reus (Tarragona) por el riesgo que suponía el fenómeno meteorológico para las operaciones aeronáuticas. Aproximadamente medio millar de turistas británicos acabaron con sus esquíes a cientos de quilómetros extra de las estaciones del Pirineo.

Durante las dos semanas centrales de enero el aeródromo leridano estuvo cerrado debido a que su ILS no está preparado para conducir a las aeronaves en el espesor extremo de la niebla: la visibilidad era de 500 metros. La Generalitat consideró que el más barato de estos faros electrónicos bastaría para Lleida.

La meteorología ya ha demostrado las debilidades del sistema. Entre el 15 y el 22 de enero, coincidiendo con el inicio de la temporada alta de vuelos, se suspendieron cinco servicios chárter (la mayoría de los programados) cargados con cientos de esquiadores que habían contratado en Londres, Belfast y Manchester (Reino Unido) los forfaits para las pistas del Pirineo catalán.

El más barato

El ILS de Lleida es de categoría 1. El sistema aeroportuario reconoce tres niveles de operatividad, siendo la 3 la que permite guiar a los aviones en condiciones de visibilidad prácticamente cero. Equipar Lleida con un sistema superior, de nivel 2, costaría otros 10 millones según fuentes especializadas.

En la consejería de territorio consideran que el volumen de pasajeros no justifica esa inversión extra de momento. “Sólo hay que buscar en la red de AENA para ver cuántos ILS hay instalados y de qué categoría son”, apuntan. A pesar de este traspié en el inicio de la temporada “no hay necesidad de un ILS superior”, asegura el director de la instalación, Alberto López. El espesor de la niebla durante esos días de enero fue extrema y poco habitual, según la Generalitat.

Se da la circunstancia de que el calvario no terminó para los pasajeros de una de las expediciones. Además de que su vuelo fue desviado a Barcelona, la empresa de handling tardó cuatro horas en entregarles el equipaje. A la odisea tuvieron que sumar las horas extra en autobús para alcanzar las montañas leridanas.

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