La tragedia del vuelo 9525 aturde a los que ya temen el avión

Los accidentes aéreos no se trasladan en más miedo a volar: empeoran el de los pasajeros que ya lo tienen. Los expertos recuerdan que superar la aerofobia es fácil y efectivo: el éxito de los cursos es superior al 95%.

Los accidentes aéreos con final trágico como el de Germanwings, que segó la vida de 150 personas entre pasajeros y tripulación el martes, no crean ninguna ola de pánico. En cambio, los expertos avisan que sí agrava la aerofobia de los viajeros que ya temen subir a un avión.

«Este tipo de sucesos trágicos consolidan el miedo de los que empiezan a desarrollarlo o que ya vuelan con dificultad», señala el doctor José Carlos Baeza, facultativo en la Clínica de la Ansiedad, con presencia en Madrid y Barcelona. Según el especialista, en periodos de «hipersensibilización» como el actual, las solicitudes para pasar cursos contra la aerofobia aumentan.

«Sí hay un repunte de peticiones. Pero la decisión es instrumental: la gente acude cuando necesita volar por, por ejemplo, un viaje de negocios«, añade Baeza.

Uno de cada cuatro

Su diagnóstico lo comparte Isabel García, psicóloga clínica del Grupo XXI. Según la profesional, después de accidentes como el del vuelo 9525 «no aparecen nuevos miedos» entre la población, pero sí «se pueden agravar los ya existentes».

Garcia recuerda que se estima que uno de cada cuatro pasajeros sufre aerofobia, aunque su incidencia es por grados. «Depende mucho de como lo gestione cada pasajero; hay quien evita volar o quien busca soluciones alternativas«, abunda la psicóloga.

En cualquier caso, García recuerda que las fobias se pueden tratar con terapias de exposición, lo que garantiza «altos porcentajes de éxito».

Dos fases

De hecho, en ambos centros la terapia es similar. Por menos de 400 euros, el futuro pasajero se puede someter a un curso intensivo o uno que dura varios fines de semana. «Aprendemos a conocer el miedo y su fisiología, además de técnicas para combatirlo», recalca el doctor Baeza.

En este sentido, el profesional recuerda que hay dos tipos de miedo a volar: el temor a que ocurra un accidente (que sufre el 75% de los diagnosticados por aerofobia) y el pavor a sufrir un ataque o brote dentro de un avión (el 25% restante).

En ambos casos, los pacientes se someten a una segunda parte más aeronáutica. «Utilizamos un simulador de un Boeing 737 para emular un vuelo de principio a fin. El paciente conoce cada maniobra», ilustra el doctor.

Precisamente, agencias como AeroConfidence y Perdiendo el Miedo a Volar también utilizan dispositivos similares. Ambas operan en España y sus cursos están diseñados por pilotos profesionales.

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