Las aerolíneas aceptan la propuesta de tasas de AENA

El gestor aeroportuario se reunirá con Fomento esta semana para abordar los cambios legislativos necesarios

Vía libre. Las aerolíneas han aceptado la nueva propuesta de AENA de tasas aeroportuarias, seún han confirmado varias fuentes del sector a 02B. El acuerdo se ha producido en la última reunión del periodo de consultas, que se ha celebrado este lunes.

No obstante, aún se debe superar una barrera para la implantación del nuevo sistema. El gestor aeroportuario debe negociar con el Ministerio de Fomento algunas de las nuevas medidas ya que sobrepasan su capacidad de decisión. De hecho, la responsable del departamento, Ana Pastor, deberá promover cambios legislativos. Fuentes del sector aseguran que el encuentro se producirá este mismo jueves y que no debería existir ninguna discordancia entre ambas partes.

La propuesta

AENA propuso a mediados de abril que la imposición de sus tasas se fije con un calendario quinquenal en vez de anual. La ley permite en la actualidad que el gestor aeroportuario pueda subir lo impuestos cada ejercicio el equivalente al IPC más cinco punto porcentuales hasta el 2015. A partir del siguiente año, ese límite desaparece.

¿Qué se consigue con ello? Se trata de una fórmula que permite a las aerolíneas planificar con antelación el impacto de los impuestos. Hasta ahora, las compañías aéreas vivían con un margen de incertidumbre que les impedía calcular con exactitud los costes de sus operaciones. Para el gestor aeroportuario, el cambio supone tener la certeza de que contará con unos ingresos a largo plazo.

La batalla de las tasas

Las aerolíneas han batallado el incremento de las tasas aéreas que ha practicado AENA. En especial, las ‘low cost’, que son las que más sufren el impacto en sus costes estructurales.

De hecho, varias compañías aéreas han tomado acciones al respecto. Ese es el caso de Ryanair, que ha reducido vuelos, o el de Easyjet, que retiró su base de Madrid tras la subida de impuestos del año pasado. Esta situación se ha traducido con un descenso de pasajeros en el tráfico aéreo español. En 2012, AENA perdió un 5% de volumen de tráfico y un 10% de operaciones.

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