Los accionistas de IAG, con Walsh

El consejero delegado del grupo propietario de Iberia logra el 98% de adhesiones a su gestión

El consejero delegado de International Airlines Group (IAG), Willie Walsh, ha recibido el espaldarazo de la junta de accionistas a su polémica gestión.

Los puntos propuestos en el orden del día logran el 98% de media de los votos a favor. El ejecutivo irlandés ha encajado, sin embargo, las duras críticas expuestas en forma de pregunta cuando se ha dado la palabra a los inversores presentes.

Ex trabajadores, según han explicado, y miembros de la Asociación de Damnificados por el Desmantelamiento de Iberia, han sacado los colores al consejo de administración por tres asuntos.

El plan de transformación de la aerolínea española, la oferta pública de adquisición (OPA) formulada por IAG sobre Vueling y el desfase patrimonial de dos de los principales planes de pensión de British Airways.

Desmantelamiento de Iberia

Los reproches reforzaban la tesis sobre el desmantelamiento de la compañía con sede en Barajas, defendida esencialmente por los sindicatos. A saber, el traspaso de rutas al socio inglés, creación de Iberia Express y la adquisición de Vueling, que debería haberse cursado a través de Iberia y no desde la matriz. Al menos en opinión de los oradores.

Walsh ha mirado pocas veces a quienes le cuestionaban. Anotaba y anotaba sin parar comentarios en varios papeles sobre la mesa de presidencia. A veces, susurraba al oído del presidente de IAG e Iberia, Francisco Vázquez. Un nivel atrás, el consejero delegado de Iberia, Luis Gallego, escuchaba atentamente, apenas sin mover un músculo.

Las votaciones

Pero llegado el momento de la votación, el 98% del capital representado –más de la mitad— daba luz verde a las cuentas anuales, al nombramiento de varios consejeros y a la emisión de 400 millones en bonos para financiar la OPA sobre Vueling y reforzar la tesorería del grupo.

El rendimiento que pagará a los inversores es de entre el 1,75% y el 2,50% nominal anual.

Situación crítica

Antes, Walsh ha insistido en que la situación de Iberia es «crítica». Se enfrenta a «problemas enormes», sobre todo en el actual entorno económico. Fue tajante al señalar que «su supervivencia pasa por la reestructuración», «un primer paso», que implica más de 3.000 despidos, y que requiere de «sacrificios».

«La aerolínea ha dejado de ser rentable en todos sus mercados –incluida su red de largo radio— y la elevada base de costes le impide competir adecuadamente con otras compañías, tanto europeas como latinoamericanas», afirmó Walsh. Las pérdidas diarias de Iberia son casi de un millón de euros.

Futuro de IAG

De cara al futuro, Walsh se mostró confiando en que IAG alcance los objetivos financieros, con unos beneficios operativos de 1.600 millones de euros en 2015, gracias a las ventajas de la integración de BMI, que ha ampliado los slots, y a la incorporación de Vueling, de la que controla el 90,51% del capital.

Ambos ejecutivos destacaron que IAG ha logrado en 2012 superar los objetivos marcados, con unas sinergias por valor de 313 millones, que ya elevaron a mediados de año desde los 225 millones de euros a los 270 millones de euros.

Pérdidas

IAG registró en 2012 unas pérdidas después de impuestos de 923 millones de euros, frente a ganancias de 582 millones de euros un año antes, lastrado por los costes asociados al plan de transformación de Iberia, entre otras partidas excepcionales.

En el primer trimestre de 2013, se dispararon hasta los 630 millones de euros, cinco veces más que la debacle de 129 millones del mismo periodo del año anterior.

IAG ha provisionado otros 265 millones de euros para cubrir los costes del plan de transformación de la aerolínea española.

a.
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