Los trabajadores boicotean Alitalia y siembran el caos en Roma

Una huelga encubierta contra los despidos retiene durante días 14.000 maletas; la venta del 49% de la aerolínea a Etihad provocará la salida de 2.000 trabajadores

El aeropuerto Leonardo da Vinci, en Fiumicino, a las afueras de Roma, vivió durante días sumido en el caos, al igual que los pasajeros que hacían uso de sus instalaciones.

Cerca de 14.000 maletas apiladas en un hangar tardaron días en llegar a las manos de sus dueños, de hecho, alguno todavía no ha recuperado su equpaje. Se formaron largas colas por el elevado número de afectados que, por más que lo intentaban, eran incapaces de averiguar qué había pasado con sus pertenencias y cómo presentar la lógica reclamación.

Esas son las escenas que describe la prensa italiana, provocadas por una huelga encubierta del personal de tierra de Alitalia. Tamaño descontrol tiene su origen en la venta del 49% de la antigua aerolínea nacional italiana a la compañía de Emiratos Árabes Etihad Airways, que desembolsará para la operación 560 millones y comprometerá otros 600 millones en futuras inversiones.

La fusión de la que nacerá un gigante de la aviación provocará también la salida de cerca de 2.000 trabajadores de Alitalia, de los que 1.200 serán recolocados, según aseguró el ministro italiano de Infraestructuras y Transportes, Maurizio Lupi. Pero a la plantilla no le basta con buenas palabras.

Llevan una semana de protestas que toman formas creativas para evitar la regulación italiana, muy estricta con los paros en el sector en pleno mes de agosto. El personal, simplemente, aplica al dedillo el convenio colectivo, pasa de responder al teléfono, se niega a hacer horas extras y presenta en masa a la dirección solicitudes de baja. Las medidas lograron paralizar el tráfico de maletas y a, partir de ahí, reinó el caos en Fuimicino.

El mismo día que Etihad y Alitalia firmaban el acuerdo, las autoridades italianas advertían que estas prácticas, como huelgas o ausencias masivas, no se permitirían y acarrearían sanciones.

De momento, la fiscalía ha abierto una investigación y la empresa ha tenido que contratar a trabajadores externos para poder hacer frente al boicot.

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