Michael O’Leary se esconderá por el bien de Ryanair

El presidente de la compañía dará un paso atrás en 2014 en lo que se refiere a exposición mediática. Con ello, pretende contribuir a lograr el lavado de cara que ha iniciado este año con una política de servicio al cliente menos agresiva. El objetivo: captar al pasajero de negocios.

Michael O’Leary se ha vuelto un problema para Ryanair. El presidente de la compañía sabe que su imagen ha quedado marcada por las distintas polémicas en los que ha tomado parte. Esa reputación no converge con el camino que la compañía ha tomado en los últimos meses para lavar la imagen en lo que a política de servicio al cliente se refiere. Por eso, promete quitarse de en medio en 2014. Aunque no del todo.
      

 
O’Leary quiere ganar terreno en el segmento familar y en el pasajero de negocios

 
El presidente de Ryanair se apartará de la exposición a los medios de comunicación durante el próximo año, según informa el diario The Guardian. O’Leary pasará inadvertido mientras la low cost mejora su imagen con un paquete de medidas anunciado en los meses previos.

Algunas de estas iniciativas son el fin de las sanciones para aquellos usuarios que se olvidaban de imprimir las tarjetas de embarque, la introducción de vuelos sin música ni anuncios, una normativa más laxa en cuanto a las reglas de equipaje o la política de reservas.

El rotativo británico señala que todo este cambio de pelaje se debe a un intento de Ryanair por acercarse a easyJet, su principal competidora. En concreto, la aerolínea quiere ganar terreno en el segmento del pasajero de negocios y en el de las familias.

La necesidad de ganar presencia entre ese tipo de cliente es obligada. Los resultados no han acompañado a la aerolínea irlandesa este año de la forma que esperaban. A principios de noviembre, Ryanair rebajó por segunda vez en 2013 sus expectativas de beneficios hasta los 520 millones de euros (su predicción inicial ascendía a 600 millones).

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