Ni Express salvará a Iberia

IAG avisa de que será necesario reestructurar la aerolínea de bandera para dejar atrás las pérdidas y que la nueva filial “es sólo un primer paso”. La flexibilidad laboral introducida en British Airways y los despidos son el camino para el consejero delegado

Iberia presenta este viernes los detalles de la nueva filial para rutas de media y corta distancia, la ya famosa Express. Vendida al sector en particular, y a la opinión pública en general, como la panacea que hará rentables este tipo de servicios para la franquicia española, la realidad es que la nueva aerolínea no logrará sacar de las pérdidas a su matriz, al menos en el corto plazo. La dirección asegura que estos vuelos no son competitivos y sí una fuente de pérdidas. Al contrario, las rutas intercontinentales son las que aportan rentabilidad.

En Londres, sede pensante del holding internacional al que pertenece Iberia, International Airlines Group (IAG), ya tienen claro, sin embargo, que Express es sólo el primer paso de una estrategia para reducir costes que no descarta los despidos. Mientras la dirección de Iberia echa por tierra los argumentos de pilotos y tripulantes de cabina para oponerse con huelgas al nacimiento de la nueva marca (basados en los despidos), los directivos de IAG entienden que el empleo no está garantizado si no se negocia un cambio sustancial de las condiciones laborales en la propia aerolínea de bandera española.

IAG publicó unas pérdidas de 100 millones de euros en 2011 atribuibles a Iberia. Los datos contrastan con los beneficios del socio británico, British Airways, de 562 millones de euros. Para revertir la situación hará falta mucho más que el rendimiento y las sinergias que pueda aportar Iberia Express. El grupo calcula que en 2015 alcanzarán los 100 millones de euros. Este año, parece poco posible que Iberia arroje beneficios, según varios analistas consultados por este medio, aunque el nuevo modelo empresarial echa a volar este domingo, con buena parte del ejercicio por desarrollar.

El consejero delegado de IAG, Willie Walsh, ya ha admitido que “la filial no será suficiente, pero es un buen comienzo”. Los problemas de Iberia no son otros que los de la economía española, según el análisis que hace la cúpula británica de la aerolínea: “El coste (de Iberia) no es sostenible en pérdidas”, dijo el ejecutivo en la presentación de Airberlin como socio de pleno derecho de la alianza internacional Oneworld.

La reconversión de British

En este entorno, Walsh no ve otra salida que una reconversión mayor a la que puede aportar Express y que afectará a la propia Iberia. La nueva compañía se nutrirá con profesionales contratados ad hoc y que en su mayoría proceden de otras low cost o de la quebrada Spanair. Para que Express despegue, no se ha contado con el personal propio. Sin embargo, para volver al beneficio, habrá que sentarse con los trabajadores de Iberia. El ejemplo está en British Airways que modificó los contratos, introdujo más flexibilidad y, por lo tanto, más productividad. IAG opina que esta es la senda que debe seguir Iberia para recuperar la rentabilidad perdida.

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