O’Leary sale del congelador para apoyar a Ryanair en España

La aerolínea quiere crecer tras el varapalo sufrido por las tasas y situarse en registros de 2012. La temporada de verano se presenta con pocas novedades en cuanto a nuevas rutas

Michael O’Leary ya no es el que era. El tiempo que ha pasado en el congelador mientras Ryanair perfilaba su cambio de imagen también le ha helado el sarcasmo. Sigue siendo un showman –poses absurdas para las fotos, entra canturreando en la sala, saluda a los periodistas uno por uno, etc.– pero sin bravatas ni esperpentos. Su tono es comedido. Ahora bien, sus planes no tanto. Con la boca pequeña, afirma que quieren volver a registros de 2012, su mejor año en España.

Las novedades que ha desvelado este martes son escasas. En Madrid, se confirma una nueva ruta (Copenhague), que se debe sumar a las nueve ya anunciadas en septiembre. En Barcelona, por su parte, sólo ha anunciado un nuevo destino: Colonia. Incrementa frecuencias en otros enlaces, pero también es verdad que reduce tráfico en aeropuertos menores como el siempre polémico de Girona. El consejero delegado de la aerolínea dice que existen planes para el aeródromo que hace unos años fue la piedra angular de su negocio en España pero por ahora no hay nada cerrado.

En Madrid, espera pasar de los 4,09 millones de pasajeros hasta los 5. En Barcelona, de los 4,7 a los 5,3. Es un incremento notable, después de dos años de letargo, que situaría a ambas ciudades en registros de 2012, justo antes que se notase el efecto del aumento de las tasas de Aena. En total, ese año marcó 35,5 millones de pasajeros, frente a los 31,7 de 2014.

O’Leary asegura que los planes de futuro de la compañía se decidirán a medida que lleguen los 280 nuevos B737. Lo que tiene claro es que entrar en la ruta Madrid-Barcelona es poco interesante pese a que Iberia es posible que deje hueco. Hace meses que se replantea el servicio de puente aéreo aunque aún no ha movido ficha. «Si tuviéramos aviones disponibles para España, no los pondríamos ahí», zanja el directivo irlandés.

Tal vez sea cosa de la edad. Ryanair cumple 30 años y se puede decir que ha madurado. Apuestan por ofrecer las tarifas más baratas, como O’Leary no se cansa de repetir, pero ya no lo hace a costa de dejar la calidad a ras de suelo. El modelo ahora es similar al de Vueling o al de easyJet. Las cifras estadísticas parece darles la razón. Han incrementado su factor de ocupación en cinco puntos hasta el 87%.

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