Ryanair, frente al espejo

Los incidentes protagonizados por la aerolínea y el fin del contrato con Boeing ponen en duda el modelo de la compañía

Ryanair ha reventado el mercado de las aerolíneas low cost. La compañía irlandesa es un gigante que opera más de 1.500 vuelos diarios a partir de sus 44 bases y más de 1.100 rutas. Sólo en el primer trimestre del año, registró un beneficio neto de 503 millones de euros..

Sin embargo, durante este pasado verano algunas sombras han empezado a sobrevolar la compañía. Los múltiples incidentes que ha protagonizado en España ha despertado la voz de alarma entre los consumidores. A ello, se suma el cambio de proveedor de aviones que la empresa realizará en los próximos meses tras romper las negociaciones con Boeing.

El modelo

Las low cost han ganado muchos adeptos con el recrudecimiento de la crisis económica y la creación de un nuevo tipo de cliente, el smart shopper. Se trata del consumidor que no quiere renunciar a determinados caprichos y para ello se lanza a Internet en busca de la mejor oferta. Pero, ¿quién encaja en este nuevo perfil? “Las compañías como Ryanair que tienen estrategias de bajo coste”, responde el profesor del departamento de Marketing de Esade, Josep Maria Galí.

Pero en el caso de la aerolínea irlandesa, a diferencia de otras firmas que también ofrecen productos a precios más bajos, su política se centra en “maximizar los volúmenes de ocupación y reducir los costes, de forma que aunque gane poco siempre gana”, apunta Galí. Para Ryanair, el consumidor es un “eslabón más de la cadena productiva”, sin centrar en él toda la atención, añade.

Subvenciones

Así, la venta de billetes no es la única fuente de ingresos. «La compañía ha revolucionado el sector con sus negociaciones con las administraciones para llevar pasajeros allí donde no habían», explica el doctor de Ingenieria de la Universidad Politécnica de Catalunya, José Rojas.

Casi la mitad de las subvenciones españolas para las aerolíneas en los últimos cinco años han ido a parar a Ryanair. La cifra llega a los 100 millones de euros sobre 250 millones entregados a compañías aéreas que operan en suelo nacional, según consta en el último informe de la Comisión Nacional de Competencia.

Efectos de la inseguridad

Hasta ahora este modelo disfrutaba de mucho éxito, mientras no se franqueaban las fronteras de la seguridad, pero tras los últimos incidentes podría producirse un cambio en las preferencias del consumidor. “Cuando se pone en riesgo la seguridad , lo que puede ocurrir en los próximos años es que el cliente modifique sus hábitos y deje de hacer cosas que hacía antes”, explica el profesor de Esade.

Eso se ha empezado a notar. Fuentes de easyJet indican que la venta de pasajes ha aumentado durante estas semanas de turbulencias para su principal competencia. Además, el Ministerio de Fomento así como el resto de administraciones han sopesado el futuro de sus contratos con Ryanair.

Sin embargo, Galí indica que “la demanda que capta es la mayoría de fuera de España” –con lo que el cambio de hábitos del español no le afectaría drásticamente– y los gobiernos, al menos todavía, “le permiten estar en lugares con grandes niveles de ocupación”, que es lo que Ryanair busca.

Futuro de la compañía

Ryanair aprovechó la crisis que vivía el sector a principios de la década pasada para conseguir una alianza con la constructora aeronáutica Boeing. Durante este tiempo, la aerolínea que dirige Michael O’Leary ha contado con grandes descuentos para renovar su flota. “El acuerdo permite a la aerolínea renovar sus aeronaves en pocos años. De esta forma, la aerolínea evita la inspección de la nave a los cinco años, una de las más costosas ya que supone desmontar el avión por completo”, dice Rojas.

En el caso de Ryanair, los costes de reparación serían altísimos. La fatiga que soportan los materiales de sus naves es más alta que los de una compañía convencional por el número de vuelos que realizan al día. “Ryanair maximiza esa frase de que un avión en tierra pierde dinero. Al día, hay naves que hacen hasta diez vuelos”, afirma el profesor de la UPC.

En 2009, O’Leary anunció que las negociaciones con Boeing habían terminado sin llegar a ningún puerto. Por contra, la aerolínea irlandesa llegó a un acuerdo con la compañía aeronáutica china COMAC para desarrollar un nuevo modelo de avión, el C919, que estará listo para volar en 2016. El futuro de la empresa depende del convenio que Ryanair consiga por este nuevo avión. “Si tienen que reparar sus aviones como una compañía normal, que mantiene los aparatos durante 20 años, su modelo se hundiría”.

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