Toyota se alía con Uber para desarrollar coches autónomos

El fabricante invertirá 428 millones de euros en Uber en un esfuerzo extra por subirse al tren de la movilidad compartida

Toyota no quiere quedarse fuera del negocio de la movilidad compartida. Como están haciendo los grandes fabricantes alemanes, la compañía se alía uno de los máximos exponentes del transporte compartido –en este caso el gigante Uber– con el objetivo de desarrollar a gran escala el vehículo autónomo.

Así, la tecnología de ambas compañías se integrará en vehículos Toyota especialmente diseñados y construidos para ser desplegados en la red de transporte compartido de Uber.

Como parte del acuerdo alcanzado ayer, Toyota fabricará el modelo Sienna minivan, que integrará el software de conducción autónoma de Uber. Ambas compañías prevén desplegar la red en 2021. De forma adicional, Toyota invertirá 428 millones de euros en Uber.

Adaptarse a las nuevas necesidades de movilidad compartida se observa como una batalla de vida o muerte para los tradicionales fabricantes de automóviles

Cambio de paradigma

La compañía japonesa, de 81 años, concentrará sus esfuerzos en transformarse en un proveedor de servicios de movilidad en lo que su consejero delegado, Akio Toyoda, ha denominado “un cambio de paradigma”.

Adaptarse a las nuevas necesidades de movilidad compartida se observa como una batalla de vida o muerte para los tradicionales fabricantes de automóviles.

Uber no es la única inversión de Toyota en compañías de transporte compartido. La empresa invirtió a principios de año otros 1.000 millones de dólares en Grab y tiene acuerdos con la china Didi y la nipona Japan Taxi.

Para el vicepresidente ejecutivo de Toyota, Shigeki Tomoyama “este acuerdo y esta inversión marcan un hito importante en nuestra transformación en una empresa de movilidad, ya que ayudamos a proporcionar un camino para la expansión segura de los servicios de movilidad, como el uso compartido de vehículos y tecnologías”.

De hecho Uber no es la única inversión de Toyota en compañías de transporte compartido. La empresa invirtió a principios de año otros 1.000 millones de dólares en Grab (empresa de movilidad compartida basada en Singapur) y tiene acuerdos con la china Didi y la nipona Japan Taxi.

En la imagen, Akio Toyoda, presidente de Toyota.
El CEO de Toyota, Akio Toyoda, valora el acuerdo como el inicio de un cambio de paradigma para el fabricante.

Empresas de automóviles y tecnológicas tratan de anticipar el futuro, que dibujan dominado por taxis autónomos y una cantidad cada vez menor de vehículos privados. Así, mientras los fabricantes aportan el conocimiento sobre vehículos y las fábricas, las tecnológicas hacen lo propio con ingenieros de software.

De momento, el retorno de las inversiones en Uber, Didi o Grab es un misterio, según los analistas. Koki Endo, experto de SBI Securities en Tokio afirma que “Toyota no sabe qué retorno puede esperar; es como si estuvieran buscando a tientas en la oscuridad”. Pero lo cierto es que los grandes fabricantes no quieren quedarse fuera.

El acuerdo con Toyota ha aumentado la valoración de Uber hasta los 72.000 millones de dólares, según los expertos, muy por encima de las valoraciones de principios de año, estimadas en 62.000 millones

El acuerdo dispara la valoración de Uber

El acuerdo con Toyota ha aumentado la valoración de Uber hasta los 72.000 millones de dólares, según los expertos, muy por encima de las valoraciones de principios de año, estimadas en 62.000 millones.

La empresa mantiene diferentes acuerdos, además, con Volvo y Daimler para el desarrollo de vehículos autónomos. Sin embargo, según sus directivos, este acuerdo será “clave” en la puesta en marcha definitiva de una tecnología de conducción autónoma a escala global.

“El acuerdo es el primero de este tipo para Uber y señala nuestro compromiso de llevar las últimas tecnologías a la red de la compañía”, asegura Dara Khosrowshahi, CEO de Uber, quien añade que “nuestro objetivo es desplegar en la red Uber los vehículos autopropulsados más seguros del mundo, y este acuerdo es otro paso importante para hacerlo realidad”.

La seguridad es un factor clave para Uber, especialmente después de la primera muerte como consecuencia del atropello de uno de sus vehículos autónomos a una mujer en Arizona el pasado mes de marzo, que causó su fallecimiento

Seguridad, pieza clave

La tecnología de Uber y el compromiso de Toyota con la seguridad –su sistema de conducción emplea bancos de sensores para anticipar los movimientos de otros vehículos y peatones en un amplio espacio alrededor del vehículo- hacen de esta asociación un “complemento natural”, apostilla Khosrowshahi.

La seguridad es un factor clave para Uber, especialmente después de la primera muerte como consecuencia del atropello de uno de sus vehículos autónomos a una mujer en Arizona el pasado mes de marzo, que causó su fallecimiento.

Además del impulso en la fabricación de vehículos, Uber busca con esta asociación estabilizarse después de un año de escándalos corporativos que generaron grandes vaivenes en el precio de sus acciones.

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