Cómo viajar en un crucero por menos de 30 euros al día

Si tienes talento para las artes, la historia o el baile puedes viajar en un crucero por un precio ínfimo. Estas son las claves

Los cruceros necesitan gente con talento. No solo para llevar el barco a buen puerto sino también para mantener a su pasajeros entretenidos. A cambio de trabajar una o dos horas al día, se puede viajar en uno de estos gigantes de los mares con comidas incluidas y a un precio casi simbólico.

Una naviera no va a realizar un contrato como tripulante a un experto en historia por dar un par de conferencias, o a un profesor de baile por animar la pista unas horas por la noche. Pero hay una solución intermedia.

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El negocio de las agencias

La propuesta que existe en el mercado es contratar a una compañía de representación, tal como si fuera un agente de artistas, que provee personas con talento para animar a los pasajeros. Y para quien busca viajar en crucero y sin sacrificar un alto presupuesto, es una buena oportunidad.

Los cruceros buscan expertos en historia, geografía, cine, profesores de baile y hasta clérigos para entretener y ayudar a sus pasajeros

Estas agencias cobran unos gastos de comisión de 25 a 60 euros por cada día de viaje, pero si de esta manera se puede realizar un crucero que cuesta entre 1.000 y 3.000 euros, no es tan mal negocio, indican expertos del sector.

Qué buscan los cruceros

“Hay una demanda de expertos en historia, geografía, arte, oceanografía, cultura, naturaleza y vida salvaje”, explica un representante de la compañía Compass Speakers and Entertainment a Forbes.

La compañía de cruceros Viking organiza seminarios de historia y cultura del próximo destino de sus barcos. Foto: Viking Cruises
La compañía de cruceros Viking organiza seminarios de historia y cultura en sus barcos.

Estos expertos, sean profesores, investigadores o aficionados de alguna especialidad suelen dar unos 45 minutos de conferencia, más una sesión de preguntas y respuestas mientras el crucero está en alta mar.

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Pueden ser contratados para la gran variedad de cruceros temáticos que hay en el mercado, o para participar de la abultada agenda de actividades de los cruceros más generalistas.

También se buscan a expertos de cultura general pero enfocados a un área geográfica por donde viaja la embarcación, donde está más cotizada si se trata de regiones remotas, como el Ártico o la Antártida, las costas de África Occidental o las islas del Pacífico.

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En varios cruceros se buscan profesores de bellas artes que puedan dar talleres intensivos de pintura, cerámica o escultura durante el viaje en barco. Dado que generalmente van provistos de sus materiales, suelen pagar mucho menos por el trayecto contratado.

Artist Loft 2
El programa Artist Loft, de Oceania Cruises, invita a desarrollar la veta del artista plástico.

Inclusive compañías como Sixth Star, que provee personal a navieras como MSC, Royal Caribbean, Cunard, Seabourn y Disney –entre otras-, ofrece clérigos y líderes religiosos para los barcos que suelen transportar a más de 2.000 pasajeros.

Hay grandes naviera que incluso solicitan sacerdotes y rabinos para el apoyo espiritual de sus viajeros

Los más demandados son sacerdotes católicos y rabinos, indica Paul Di Filipi, director de esta firma de representación.

En algunas de las navieras más exclusivas como Silversea, Cunard y Crystal hay ‘caballeros anfitriones’, que son animadores, por lo general de más de 40 años, que bailan con pasajeras y que también les ofrecen clases. Pueden ser mujeres que viajan solas o cuya pareja huye de las pistas, pero así no se quedan con las ganas de lucir su estilo para la danza.

El resto del tiempo libre

El resto del tiempo en que estos expertos, clérigos o bailarines no están trabajando lo aprovechan para disfrutar del crucero.

En el barco contarán con un camarote, tendrán las comidas garantizadas, acceso  a servicios como el gimnasio o la piscina, y en muchos casos quedan exentos de dar propinas.

Código de conducta

Pero hay un código de conducta por cumplir, que puede variar según cada embarcación.

Por ejemplo tienen que evitar el casino (o al menos, jugar en él), y en muchos casos, tratar de no ser visto bebiendo alcohólicas.

Los expertos pueden vender sus libros o DVD’s a bordo, pero la naviera se quedará con un porcentaje

Fuera de sus horarios de servicio tienen que tener una pequeña placa que lo identifica como lecteur, y se invita a que interaccione con los pasajeros. Aunque no esté trabajando, queda bien visto que responda a sus preguntas aunque sea en un ámbito más informal.

En el caso de los historiadores u otros expertos están autorizados a vender libros o DVD’s de sus trabajos, aunque seguramente el barco reclamará un porcentaje.

Pero quien sabe: si hay buenas ventas, inclusive se puede rentabilizar el precio del billete.

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