Vueling no levanta cabeza en El Prat

En la mañana del domingo se han cancelado 13 vuelos, que se suman a los 19 postergados el sábado. La Generalitat convoca a las autoridades de la empresa a una reunión el lunes

La desorganización operativa de Vueling en el aeropuerto de El Prat no termina de solucionarse. Por cuarto día consecutivo, la aerolínea de bajo coste acumula retrasos y cancelaciones en sus vuelos. Y la Generalitat perdió la paciencia: ha convocado a las autoridades de la empresa a una reunión con los consejeros Jordi Baiget (Empresa y Conocimiento) y Josep Rull (Territorio y Sostenibilidad). Allí, adelantó el gobierno catalán, se exigirá a Vueling «un cambio de actitud tanto en cuanto a la solución de los problemas que están afectando a su operativa como a las deficiencias graves que se están dando en la atención a los usuarios afectados».

En la mañana del domingo, no han operado 13 vuelos que tenían previsto despegar desde la terminal de Barcelona por la madrugada para conectar diversas ciudades europeas. Por ejemplo, no llegaron los vuelos de Dubrovnik, Fráncfort, Ibiza y Málaga, y también se ha postergado una salida desde la capital catalana a esta ciudad andaluza.

Muchos pasajeros han dormido en la Terminal 1 del aeropuerto, a la espera de que sus vuelos pudieran salir. A este repentino ‘campamento de refugiados aeronáuticos’, como ha calificado un pasajero con ironía, se suma el volumen de viajeros que inundan los mostradores y pasillos: para este domingo, en El Prat están contempladas 1.039 operaciones entre llegadas y salidas, un volumen muy superior al del viernes, y el mayor registrado en este aeropuerto para el inicio de las vacaciones de julio.

Según recoge El Mundo, el caos desborda a los empleados que no saben qué responder a los pasajeros que reclaman por soluciones. Además, las tripulaciones acumulan excesos de horas y no llegan a tiempo a descansar entre vuelo y vuelo (cuyos tiempos de escala se reducen al mínimo), y la falta de información lleva a que algunos pasajeros exaltados la emprendan a gritos y amenazas, al punto que en los mostradores hubo que redoblar el personal de seguridad.

A los contratiempos en la operativa de Vueling se ha sumado hoy la huelga que lleva a cabo el personal de tierra de Swissair, lo que ha provocado que muchas maletas no lleguen a sus destinos y se produzcan largas colas de usuarios intentando reclamar su equipaje.

La compañía no informa y los sindicatos acusan a los ex dirigentes

La compañía da información a cuentagotas. El viernes el director comercial de la aerolínea de bajo coste, David García Blancas, pidió públicamente disculpas a los clientes afectados por los retrasos y las cancelaciones, y dijo que la compañía está «volcada en arreglar la situación actual». Pero dos días después, el panorama seguía igual o peor.

Los sindicatos niegan que los problemas se deban a una huelga encubierta, y responsabilizan los desórdenes operativos a “a una nefasta gestión y previsión por parte de la anterior directiva”. En un comunicado, el Sindicato de Tripulantes Auxiliares de Vuelo de Líneas Aéreas (STAVLA) dijeron que los empleados de la línea aérea, como los pasajeros, son «una víctima más de la mala praxis empresarial».

El sindicato dice que ya hace tiempo que advirtió de la falta de planificación y el posible colapso que se podía producir este año a la vista del crecimiento operativo ilimitado planeado por la empresa. «Lamentablemente fuimos ignorados y la empresa continuó su proyecto de expansión desmedida hasta sus últimas consecuencias, sin solidificar primero las bases de la compañía. El resultado es el presente», denuncia.

Repercusiones políticas y actuaciones de la Agencia de Consumo

Los problemas en Vueling sirven para moverlos políticamente. El líder del Partido Popular de Cataluña, Xavier García Albiol, ha criticado la desorganización de la aerolínea:

 

 

En tanto, el eurodiputado Francesc Gambús ha reclamado a la Comisión Europea que tome medidas ante los retrasos y cancelaciones registradas en los últimos días en vuelos operados por Vueling.

La Agencia Catalana de Consumo ha enviado dos requerimientos a la línea aérea en los últimos días para conocer las razones de estos retrasos y sus consecuencias, y no descarta la posibilidad de imponer una multa a la empresa.

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