Vagabundos como guías: bienvenidos a ‘la otra Barcelona’

Un grupo de sin techo acompaña a los visitantes de la Ciudad Condal a través de los lugares más peligrosos y descuidados, los que nunca salen en las guías turísticas.

¿En qué calle de Barcelona había un burdel frecuentado por 5.000 personas cada fin de semana? ¿Qué iglesia se conoce como La Leona por el comedor social regentado allí? ¿Qué calle del Raval es conocida por el tráfico de drogas?

Estas son algunas de las preguntas que responde Hidden City Tours, las rutas pioneras en explorar la otra Barcelona. De la mano de antiguas personas sin techo.
 

 
Hay contactos con touroperadores y agencias interesados

 
Hidden City –o ciudad desconocida– arrancó la pasada semana entre una gran expectación de medios. Juan Carlos, que vivió en las calles de la ciudad «demasiados años» –indica él– fue el primer cicerone. «Explicamos la parte que los turistas no ven. Que no quieren ver», tercia para empezar.

Proyecto social

Este barcelonés es uno de los tres guías de Hidden City. Se sumó al proyecto tras un acuerdo entre la Fundació Arrels, él mismo y Lisa Grace, fundadora de la empresa. De su mano, los visitantes recorren la catedral, Sant Felip Neri y la iglesia del Pi, para después adentrarse en el Raval.

¿Es pues, un proyecto social? «Todo lo que sea ayudar a estas personas es positivo», indica Marta Maynou, trabajadora social de Arrels. La agencia, pionera en el apoyo a los sin techo, avisa. «Quien quiera ver un Gran Hermano de la pobreza que no venga. Esto son rutas con tinte histórico y social, no espectáculos».

Potencial turístico

Hidden City nace a imagen de rutas similares en el Reino Unido y Ámsterdam. La emprendedora, tras la idea, admite que «ya hay contactos con touroperadores y agencias» interesados en incluirlos en sus paquetes.

En cuanto a viabilidad, las rutas por la Barcelona secreta son aún una incógnita. «Esperemos que sí funcionen. Cada una cuesta diez euros, cuya mitad es para los guías», recuerda Grace.

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