Carlyle infringió el embargo a Cuba a través de Orizonia

El fondo estadounidense montó una pantalla de filiales para ocultar a Washington sus negocios turísticos en la isla

Carlyle habría violado la ley Helms-Burton mientras controló Orizonia. El texto prohíbe el comercio con Cuba a las empresas oriundas de Estados Unidos. El fondo, con sede en Washington, montó una red de filiales, dependientes del gigante turístico quebrado, para poder operar en la isla.

La legislación, aún vigente, se extiende a las subsidiarias. Carlyle compró a la familia Fluxà la mayoría de control del capital. A efectos de las autoridades estadounidenses, Orizonia encaja en la definición de filial. En aplicación estricta de la norma, el grupo debería de haber abandonado ese mercado de inmediato.

Red de filiales

La última modificación del embargo a Cuba se convalidó en el senado estadounidense en 1996 bajo mandato de Bill Clinton. En esa sesión se endureció el espíritu de la ley. Carlyle, dirigido en España por Pedro Esteban, tomó el control del gigante turístico en 2006, una década después, con todos los plazos de adaptación finalizados.

El fondo de capital riesgo desplegó inmediatamente una red de filiales para preservar los intereses en Cuba. Gabriel Subías –hoy en Barceló— diseñó el plan. Iberworld (actual Orbest) volaba a La Habana los billetes comercializados por los turoperadores Ibercuba, Solcuba y Vivacuba.

‘La instrumental’

Esta última marca era propiedad de la empresa Viajes Tierra Dorada SA, una participada al 100% por Orizonia domiciliada en Palma de Mallorca. La compañía encontró así el resquicio para mantener los negocios en Cuba. En noviembre, con Carlyle en la puerta de salida, la red se agrupó en Iberojet y Viva Tours.

El esquema respondía, nuevamente, a la estructura clásica previa a la entrada del fondo de capital riesgo, informa Areca. De momento, los tribunales estadounidenses no han recibido ninguna denuncia que afecte a Carlyle por el presunto quebranto de la Helms-Burton.

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