Colau se estrena encareciendo las licencias de hotel un 15%

El temor a un 'cerrojazo' a las aperturas en Barcelona revalora las alojamientos ya abiertos

El efecto Ada Colau ha revalorizado las licencias hoteleras hasta un 15% en Barcelona. La nueva alcaldesa, investida el sábado por mayoría absoluta con los votos de BeC (11), ERC (5) y PSC (4), ha revalorizado los activos que ya operan en la ciudad condal. Fuentes del sector hotelero lo atribuyen al «temor» a una moratoria de nuevas licencias.

«No es especulación hotelera pero se le parece. Tú tienes un activo, y el nuevo ayuntamiento decide no otorgar nuevas licencias. Inmediatamente, tu activo se revaloriza», explica un hotelero que prefiere mantenerse en el anonimato.

Paradójicamente, la incertidumbre sobre si habrá o no nuevas licencias beneficia al gremio de hoteleros, una agrupación que dista, y mucho, de los planteamientos que plantea la activista antidesahucios. «Los que ya tienen un hotel son los beneficiados: un activo más caro y menos competencia», abunda la misma fuente.

Sin avalancha

Fuentes municipales han desmentido que se haya producido una «avalancha» de solicitudes de adecuación y apertura de nuevos hoteles. A fecha del lunes 8 de junio, el ayuntamiento de Barcelona tenía 20 peticiones de apertura. Desde mayo, han explicado las mismas fuentes, sólo se han presentado tres.

«Ahora, en este momento, no hay ningún repunte de peticiones para abrir hoteles. Éso no significa que si un inversor tiene un proyecto, lo acelere si el nuevo gobierno decide imponer una moratoria. Una norma así no es inmediata, y sí puede generar un alud cuando se anuncia».

«Incertidumbre»

Aunque no han colapsado el Registro Municipal, fuentes del sector patrimonial admiten «incertidumbre» ante la victoria de Colau. «Hay proyectos que se han demorado a la espera de conocerse cómo actuará el nuevo gobierno».

Hasta la fecha, el más icónico son los planes del fondo KKH para abrir un nuevo hotel de lujo que gestionaría Four Seasons en el cuartel general de Deutsche Bank en Barcelona, en la confluencia entre el Paseo de Gràcia y la avenida Diagonal. Colau ya ha anunciado que parará el proyecto, que no llegó a aprobarse la pasada legislatura.

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