Hacer caja con los baños de Atocha: 700.000 euros al año

La empresa 2theloo gestionará los aseos de la estación madrileña que utilizan 3.500 personas cada día

Llegar con prisas, identificar los iconos de los lavabos y al entrar, ¡sorpresa! Ahora se paga. Es la situación con la que se encontrarán a partir de ahora los usuarios de Atocha, en Madrid. Una medida que supondrá una recaudación al año superior a los 700.000 euros.

El uso del baño costará 60 céntimos, tal y como ha acordado la empresa 2theloo que gestionará los 40 inodoros, 20 urinarios y 25 pilas que hay en esta estación de trenes. Sólo serán gratis los aseos que hay en las salas de embarque.

Más de un millón de usuarios al año

“De media estimamos que usan estos lavabos 3.500 personas al día”, asegura a 02b el portavoz de esta compañía holandesa, Niels Bakker. Esta cifra significa que más de un millón de usuarios utilizan, anualmente, los aseos de Atocha, lo que se traduce en 766.500 euros de caja.

Sin embargo, la compañía gestora de estos servicios ofrecerá la posibilidad de canjear el importe abonado en una tienda 2theloo asociada a los lavabos, de modo que la recaudación puede ser mucho menor. “Nos dedicamos a los toilets stores”, detalla Bakker.

Un centenar de servicios en España

Esta firma cuenta con más de un centenar de instalaciones a su cargo, dos de las cuales están en España –en el centro comercial Maremagnum de Barcelona y en la estación Atocha de Madrid–.

Pero, sus planes de expansión son ambiciosos. “Esperamos gestionar 100 instalaciones sólo en España. Estamos negociando con una empresa para gestionar los lavabos de las 50 gasolineras que tiene en el país”, avanza Bakker.

Cambio de ‘look’

De momento, esta compañía ha dado una nueva imagen, más moderna, a todos los aseos. Se han decorado con visuales personalizados y están climatizados. “Queremos que sea una experiencia única. Tiene que ser un placer, no una pesadilla”, subraya Bakker.

Por ello, todos los aseos son privados, con música incorporada y hasta se puede encontrar una bola suspendida en el techo como la de las discotecas de los 80. Todo a disposición del usuario para ofrecerle más facilidades y también para que gusten a mayores y a los niños. “Hemos cambiado el concepto ofreciendo algo más que unos lavabos limpios de forma permanente”, señala.

a.
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