Los ex trabajadores de Díaz Ferrán renuevan esperanzas para cobrar

Los afectados estudian personarse como acusación en la causa abierta contra el propietario de Marsans

Los afectados por impagos tras la quiebra de Viajes Marsans han visto en los últimos días renovadas sus esperanzas de cobro tras la detención del copropietario del grupo, Gerardo Díaz Ferrán, por ocultar su patrimonio para así evitar el pago a sus acreedores, tal y como explicó a Europa Press el expresidente del Comité de empresa, Joan Mairal.

«Es una alegría personal y para todos los afectados, porque siempre se nos dijo que no había dinero y que no cobraríamos, por lo que hasta que arrestaron a estos señores no teníamos ninguna esperanza de cobro. Ahora hasta la Interpol está buscando dinero por el mundo, y eso es una esperanza para poder cobrar», ha asegurado.

Mejores perspectivas

En esta misma línea se expresó el presidente de la Asociación de Afectados del Grupo Marsans, Gregorio Martín, quien recordó que ya en 2010 ellos aseguraban que «todo era una estafa bien montada». «Por eso reclamábamos que se paralizase la venta de las empresas. Ahora todo se reconoce oficialmente y estamos satisfechos», remarcó.

Martín coincidió con Mairal en que ahora hay «mayores perspectivas» de cobro para los acreedores, y reiteró que ya sabían que «habían ocultado un botín que aparece ahora», por lo que adelantó la intención de la Asociación de personarse como acusación en la causa abierta en la Audiencia Nacional, mientras esperan otra sentencia del Juzgado Mercantil número 12 en la misma línea.

Complicaciones jurídicas

Además, añadió que ahora que se han encontrado bienes de Díaz Ferrán, su socio Gonzalo Pascual, y del liquidador Ángel de Cabo, es la Audiencia Nacional la que debe «determinar de donde procede ese cuerpo del delito y devolver a cada uno lo suyo».

Eso sí, reconoció que el «tema jurídico es muy complicado», puesto que las inversiones, «aunque todas provienen del saco inicial que es Marsans, se diluyen en cascada por todo el grupo de empresas», por lo que es «complicado» saber hasta qué grado de profundidad se podrá llegar.

a.
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