Valencia busca un nuevo stand y otro turismo para Fitur 2016

A dos meses de la Feria la sombra de Gürtel y el turismo de sol y playa siguen marcando la imagen de la Comunidad Valenciana

Durante años Fitur era simplemente una feria de turismo en Madrid donde la Comunidad Valenciana comparecía con mucho folklore. Todos los pueblos ofertaban sus mejores galas festivas: langostinos, gambas y paella con cualquier excusa y mucho político paseando por los pasillos.

Este año (Fitur 20-24 enero 2016) en la Generalitat Valenciana y algunos ayuntamientos turísticos han empezado a plantearse la necesidad de un cambio en todo este entramado para Fitur, a la vez que buscan un nuevo turista que complemente al de sol y playa. Lo peor es que no lo encuentran o no saben dónde y cómo buscarlo.

En Fitur hizo su agosto durante años la empresa Orange Market, dando lugar a un proceso judicial a la sombra de Gürtel que ha acabado con la implicación de dos ex consellers, otros once cargos políticos, Francisco Correa, Alvaro Pérez El Bigotes y otros miembros de la trama, acusados de prevaricación administrativa, malversación y tráfico de influencias. Incluso están implicados algunos funcionarios que simplemente cumplían órdenes.

El turista lo ponía el sol,  la playa y Benidorm. La marca se vendía sola porque el turista preferido (especialmente el nacional) tenía claro lo que podía encontrar en estas costas. Y cada patronato provincial de turismo, la Generalitat, Benidorm y otras poblaciones comparecían con su marca e incluso en stands diferentes al paraguas de la Generalitat.

 

Se buscan turistas

La segmentación del mercado dejó encorsetado el territorio en un modelo turístico. Turista de las tres «P»: Pipas, Paseo y Playa. Baja rentabilidad, estacionalidad y mucho capital físico invertido en apartamentos. El último ejemplo: la compra de Marina D’Or por un magnate chino.

La crisis golpeó duro porque afectó al perfil de turista habitual de la Comunidad Valenciana. Y eso se solventó bajando más los precios y ajustando calidad en el servicio. Lo cual todavía redundó más en el turismo barato de sol y playa, siempre con contadas excepciones.

 

Imagen de calidad

Fitur fue el exponente de todo este modelo sobrevenido, ya que nadie quiso ir más allá. Situación tan paradójica que acababa con grandes campañas de publicidad de los expositores en la prensa local, y no donde estaban los turistas. Se vendía restauración, la tomatina, la ruta del vino y el Aeropuerto de Castellón, como si esto fuera un destino turístico.

Ahora la Generalitat Valenciana busca salir de la imagen de Gürtel y encontrar un perfil de turista de mayor valor añadido, aunque por el momento sólo redunda en resaltar valores culturales y festivos de los pueblos y olvida que a los turistas hay que buscarlos en destino. ¿Cómo atraer a todo el turismo que deja la otra orilla del Mediterráneo por miedo? ¿Sólo con precio, sol y playa?

Del stand nada se sabe: ¿Será como el Gürtel? ¿Agrupará a todos? ¿Cada uno irá por su lado? Fuentes del sector consultadas detallan que la Generalitat y los patronatos provinciales no han encontrado todavía el modelo al qué dirigirse. Y que este FITUR será una etapa de transición.

Pero otros añaden que nadie se atreve a hacer una apuesta firme por otro modelo de mayor valor añadido porque los operadores no ven a la Comunidad Valenciana en ese segmento y las empresas del sector no quieren salir de su rol. ¡Si les va bien para que cambiar!

 

Se buscan pero no se encuentran

En Cataluña comparece la Agencia Catalana de Turismo y bajo su paraguas docenas de ayuntamientos, organismos, instituciones y hasta particulares.  En Valencia no se vislumbra una marca única y una oferta global. Cada uno va a seguir por su lado, pretendiendo que sus moros y cristianos sean los más auténticos del Corán turístico.

Como tipología de turismo se ofrecen estos valores: accesibilidad, cicloturismo, cultura, atractivos familiares y, atención, LGBT (gays, lesbianas, etc.). Parte de todo ello está planteado en el Plan Estratégico que hizo la Generalitat del PPCV y ahora tocaría renovar y redefinir porque cumplió su papel. Sólo Benidorm tiene vida propia.

Por 7 euros tienes noche en un apartamento en Torrevieja. Por 12 aprendes a hacer una paella como experiencia vital. Y con los niños pasas un fin de semana en Oropesa gratis. Y si eres un jubilado, las diputaciones subvencionan un Imserso para llenar los hoteles en invierno. ¿Seguirá esta siendo la oferta en Fitur 2016? Nadie tiene la respuesta.

a.
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