La furia y belleza del clima como nunca se había visto
El concurso de fotografía de la Sociedad Europea de Meteorología elige a las fotos ganadoras que muestran una cara fascinante de los fenómenos naturales
Quien piense que es fácil fotografiar a los fenómenos de la naturaleza se equivoca. No solo es una cuestión de paciencia sino de oportunidad, como la que permite capturar al relámpago que ilumina la noche. Y también de resistir a las adversidades climáticas, de estar horas en medio de un paraje frío, en las alturas de una montaña o con la lluvia castigando al cuerpo y al equipo.
Desde el 2009 la Asociación Meteorológica Española organiza un concurso fotográfico que invita a profesionales y aficionados a capturar las mejores escenas de la naturaleza, ya sea en su calma o en su furia más aguerrida.
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Esta iniciativa fue adoptada por la EMS, Sociedad Meteorológica Europea, bajo el nombre de Europhotometeo, que en su última edición coronó a Nicolai Brügger como ganador entre 420 imágenes recibidas.
En su toma, con el apocalíptico nombre de El fin del mundo, retrató una serie de nubes mammauts sobre un pequeño pueblo de Baviera poco antes del atardecer.
El segundo puesto fue para una postal clásica de quien viaja al Ártico: las auroras boreales.
El ganador del Europhotometeo retrató a una pequeña localidad de Baviera que se prepara para recibir a una feroz tormenta
Sin embargo retratarlas no es fácil: si no se cuenta con un trípode y un lente con mucha luminosidad, no quedará nada bien.
Pero sí lo logró Agustín Ferreiro, quien describe que estuvo a la vera de un río en Islandia, a –7 grados en medio de la noche, para fotografiar a este velo danzante verde.
En el tercer lugar se encuentra una imagen de Stefan Zuser, quien en una mañana de diciembre fotografió a la escarcha que invade a un árbol después de una niebla helada, en las montañas de Austria.
En el cuarto puesto Leszek Wybraniec fue premiado por su foto de los montes Tatras, en el límite entre Polonia y Eslovaquia.
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Los picos helados emergen como un submarino en un mar de nubes, con el sol del amanecer que le dan una pátina rosada.
Le sigue Carlos Punyet con otra toma área de montañas. Más concretamente, de las montañas de Monserrat que parecen avanzar entre las nubes como un rompehielos.
Para el sexto lugar el concurso premió a Dimitris Sagiakos, quien logró la oportunidad única de mostrar cómo dos gigantescas centellas deslumbran el cielo de Atenas, con la Acrópolis en primer plano.
En el séptimo puesto, Kosuke Kitajima capturó a unas “nubes misteriosas” que rodean al Monte Fuji, en Japón; retratada en una bonita simetría en las aguas del río Urui.
El español Carlos Punyet retrató al macizo de Monserrat que parece avanzar entre las nubes como un rompehielos
En el octavo lugar está Josef Hinterleitner con su foto llamada ‘topping de crema’, con el Zugspitze (la montaña más alta de Alemania) coronado con una nuble blanca y esponjosa.
En el noveno puesto encontramos a Jaroslav Fous, quien con un lente macro y un anillo reversible retrató la belleza de un copo de nieve en un valle de la República Checa, a –3 grados.
Y en el décimo lugar está la toma de Ciprian Ionut Burloiu en el puerto italiano de San Elpidio, donde un hombre en primer plano contempla cómo a la distancia se aproxima una fuerte tormenta.