El anti-turismo es cada vez más turístico

En la búsqueda de la cara más auténtica y desconocida del destino, diversas ciudades ofrecen tours guiados por barrios que nadie quiere visitar

El interés por lo local, por las experiencias auténticas y por el descubrimiento de atracciones fuera del radar turístico mueve a la industria a volver sus ojos a zonas y barrios que no aparecen en las guías. Las nuevas experiencias y los nuevos flujos turísticos contribuyen a repartir el interés y la riqueza pero ¿también los problemas asociados al turismo?

Es un fenómeno más o menos generalizado: en las zonas más turísticas de las ciudades los viejos cafés dan paso a las cadenas de comida rápida, los alquileres a corto plazo irrumpen en el mercado inmobiliario y las infraestructuras públicas deben dar servicio a una mayor cantidad de personas.

Algunas urbes como Venecia, Ámsterdam o Barcelona ya plantean abiertamente los problemas de la masificación, mientras que otras como Oporto buscan por todos los medios –desde la implantación de vuelos low cost hasta campañas de marketing de la administración pública- atraer a una mayor cantidad de viajeros.

A medida que explota el turismo, los viejos cafés dan paso a las cadenas de comida rápida, los alquileres a corto plazo irrumpen en el mercado inmobiliario y las infraestructuras públicas deben dar servicio a una mayor cantidad de personas

En el punto medio, empresas y emprendedores que ofrecen tours no convencionales para descubrir la autenticidad del destino, en general alejados de las atracciones más conocidas. Y sobre ello, una cuestión ¿se puede penetrar en el mundo de una comunidad sin alterarla?

Para leer más: Cómo hizo Brujas para frenar la masificación turística

Millennials y tesoros ocultos

Los millennials son los viajeros más interesados en descubrir rincones auténticos y vivir experiencias locales, según todos los estudios. Enfocado a ellos surgen iniciativas como The Worst Tours, en Oporto, una de las ciudades que va camino de convertirse en una de las más populares de Europa.

La experiencia, sin embargo, no muestra los típicos lugares de interés de la segunda ciudad portuguesa, sino que llevan a los turistas a fábricas en desuso, antiguas líneas de ferrocarril, edificios vacíos o callejones sin salida.

Conocidos como ‘anti-tours’, el objetivo de estos recorridos es provocar el debate político y generar un intercambio de ideas

Entre sus atracciones, por ejemplo, la visita a una biblioteca cerrada, a un centro comercial abandonado en la década de los 90 y que hoy ofrece alquileres baratos para locales de ensayo o a la zona este de la ciudad, donde las antiguas fábricas dan paso a modernos hoteles y donde se plantea la reflexión sobre la idoneidad de apostar solo por el turismo como industria en la ciudad.

Conocidos como ‘anti-tours’, el objetivo de estos recorridos –generalmente a pie, la forma adecuada para penetrar en la realidad de la ciudad, según sus fundadores en declaraciones a The Guardian– es “provocar el debate político” y generar un intercambio de ideas.

favelas
Los recorridos por las favelas son productos de éxito entre los turistas ávidos de experiencias auténticas en Brasil.

The Worst Tours es un ejemplo de esta tendencia de ‘tours alternativos’ que se multiplican los destinos más populares del mundo y que prometen revelar la cara más auténtica de las ciudades, jugando con un elemento claro: a nadie le gusta ser turista.

Es también el caso de las ‘aventuras urbanas’ que se ofrecen en Viena, con experiencias como el Ugly Viena Tour, el Corruption Tour, el Midnight Tour e incluso un Smells Like Vienna Spirit Tour, con un recorrido por los aromas de la capital austriaca. Sus promotores destacan en este caso su atractivo para los propios locales, que buscan también una forma diferente de vivir su ciudad.

Sociólogos y antropólogos ponen en cuestión estas prácticas conocidas también como de turismo inmersivo. En su opinión, la mera llegada de viajeros altera las comunidades locales

En otros destinos como Río de Janeiro, Bombay o Manila se organizan visitas a los barrios más pobres con la consigna de conocer la realidad fuera de los circuitos.

Para leer más: Siete actividades turísticas que nunca deberías realizar

Turismo alternativo

Sociólogos y antropólogos ponen en cuestión estas prácticas conocidas también como de turismo inmersivo. En su opinión, la mera llegada de viajeros altera las comunidades locales y, mientras algunos operadores animan a conocer los proyectos sociales de la zona o su lucha para lograr una mayor calidad de vida, lo cierto es que otros muestran a los habitantes de estos barrios casi como animales de zoológico.

Otras iniciativas, en cambio, prometen experiencias participativas a partir de recorridos por las ciudades, donde los participantes aprendan unos de otros en relación a determinados aspectos.

El movimiento con sede en Toronto Jane’s Walk, ofrecen paseos como oportunidades para que los propios locales “observen, reflexionen, compartan, cuestionen y vuelvan a imaginar” los lugares donde viven y trabajan

Es el caso del movimiento con sede en Toronto Jane’s Walk, inspirado por Jane Jacobs, donde los paseos se ofrecen como oportunidades para que las personas “observen, reflexionen, compartan, cuestionen y vuelvan a imaginar” los lugares donde viven y trabajan.

Jane's Walk Palma. Foto Janeswalk.org.
Jane’s Walk Palma. Foto Janeswalk.org.

También presente en Madrid, por ejemplo, las iniciativas se vertebran aquí alrededor del barrio de Chamartín y de la Asociación Costa Fleming. Barcelona, Valencia, Sevilla, Alicante o Pamplona son otras ciudades españolas con presencia del movimiento Jane’s Walk.

Siguiendo este movimiento, se han realizado visitas a estaciones de tren tras un atentado para abordar la sensación de seguridad (Toronto) o bien a un zoológico o un cementerio enterrado bajo un campus universitario (Leeds) para dar pie a nuevas ideas sobre los espacios urbanos y su uso.

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