El turismo sigue con preocupación la votación por el brexit

Una hipotética salida perjudicaría a operadores turísticos de Gran Bretaña y España. Algunos empresarios, como el presidente de Ryanair, apuestan fuerte por la permanencia

Los británicos se juegan su futuro, y el de Europa, a una sola carta. A lo largo del día, millones de ciudadanos de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte votan si el Reino Unido seguirá como miembro de la Unión Europa.

Es una elección que ha dividido al país por la mitad, en una campaña que ha sido dominada por la inmigración y la economía, que además se ha convulsionado con el asesinato de la diputada laborista Jo Cox, partidaria de la permanencia del Reino Unido dentro de las fronteras comunitarias.

Inicialmente, el primer ministro David Cameron convocó el referéndum bajo la presión de su Partido Conservador y del emergente Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP), con la esperanza de poner fin a décadas de debate sobre el papel de Londres en la Unión Europea y sus relaciones con Bruselas. Una estrategia que, según algunos analistas, se ha vuelto en contra del primer ministro.

Su principal rival, el exalcalde de Londres Boris Johnson, cuya decisión de apoyar a la opción brexit brindó fuerza a esa campaña, dijo el miércoles a los votantes que esta «es nuestra última oportunidad para resolver esto y recuperar el control».

«Si no votamos en favor de irnos mañana, seguiremos atrapados en la parte de atrás del coche, conducidos a un destino incierto, a un lugar al que no queremos ir y, quizás, por un chofer que no habla muy bien inglés», agregó.

Las consecuencias en el turismo

Cameron ha alertado que una victoria del Brexit causaría un caos financiero para el Reino Unido, mientras que los partidarios de abandonar la UE dicen lo contrario, que la salida de la Unión impulsaría la alicaída economía británica.

En España se mira con preocupación la evolución de la votación. La salida del Reino Unido podría causar una depreciación de la libra esterlina, y por ende, una pérdida del poder adquisitivo de los británicos. Los turistas británicos son el principal colectivo de visitantes extranjeros que llegan a España, un 28% del total, y gastan alrededor de 14.000 millones de euros en sus vacaciones. Y eso sin contar a los 300.000 británicos que eligieron residir en España, sobre todo en el levante mediterráneo, Baleares y Canarias.

Además del sector turístico, otro mercado que quedaría gravemente golpeado sería el inmobiliario, ya que se perderían las inversiones de bienes raíces de miles de británicos, sobre todo jubilados, que deciden disfrutar de su retiro dorado en un clima mucho más benigno que las frías tierras del norte.

El 28% de los turistas extranjeros que llegan a España son británicos, quienes gastan más de 14.000 millones de euros al año

Entre los empresarios que hace una campaña activa por la permanencia en la Unión se encuentra el presidente de Ryanair, Michael O’Leary, que siempre que puede busca estrategias de marketing agresivas y llamar la atención de la prensa con sus acciones. Por ello, no tiene problemas en disfrazarse con un particular traje que mezcla las banderas europeas y británica y posar dando saltitos frente al parlamento británica.

O’Leary también había ofrecido billetes a sólo 19,90 euros para que los ciudadanos británicos puedan viajar a las islas y votar en la elección, y anunció que enviaría cinco millones de correos electrónicos pidiendo el voto por la permanencia del país. Además, había amenazado con reducir sus inversiones en Gran Bretaña en caso de que triunfara el brexit. El grupo transporta unos 40 millones de pasajeros procedentes o con destino a Reino Unido cada año y ha dedicado 1.300 millones de euros en ese mercado, en el que está preparando un centro de formación que daría empleo a 450 personas.

 

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