Qué fue de Kowloon: la ciudad amurallada (y sin ley) de Hong Kong

Kowloon fue durante 40 años el lugar más denso del mundo: en una manzana, su población de esta zona era 119 veces más concentrada que la de Nueva York

Al norte de la isla de Hong Kong en su día se encontraba uno de los lugares más densos del mundo. Desde 1950 hasta 1994, más de 33.000 personas vivían y trabajaban en la ciudad amurallada de Kowloon, un complejo enorme de 300 edificios conectados que ocupaban solo una manzana. 

Entre el gobierno chino y el administrador británico de Hong Kong, Kowloon era prácticamente una ciudad sin ley, conocido tanto por su producción de opio y crimen organizado como por sus dentistas. 

El fotógrafo Greg Girard se pasó años investigando el extraño lugar antes de que lo derribaran. Girard colaboró con Lambot, otro fotógrafo, para crear un libro sobre Kowloon, titulado City of Darkness Revisited.

Lo que empezó siendo un fuerte militar chino evolucionó para convertirse en un asentamiento ilegal de 300 edificios

La ciudad amurallada de Kowloon era un asentamiento muy poblado y sin gobierno en Kowloon, un área al norte de la isla de Hong Kong. Lo que empezó siendo un fuerte militar chino evolucionó para convertirse en un asentamiento ilegal abarcando 300 edificios altos conectados entre sí.

En sus inicios, a principios del siglo XX, la ciudad era un pueblo de construcciones bajas. Después de la II Guerra Mundial, Hong Kong recibió una oleada masiva de inmigrantes chinos.

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Más de 33.000 personas vivían en la ciudad de 25.900 metros cuadrados | Wikimedia Commons

Esto provocó la escasez de viviendas en la ciudad. En respuesta, emprendedores y aquellos con ‘derechos de ocupación’ en Kowloon empezaron a construir edificios altos para hacer frente y aprovechar la demanda de viviendas.

En su punto álgido, más de 33.000 personas vivían en la ciudad de 25.900 metros cuadrados. Era considerada por muchos el lugar más poblado del mundo.

¿Cómo era Kowloon?

Ubicado en Hong Kong, la ciudad amurallada legalmente era un fuerte militar chino. El proceso legal en torno al asentamiento se paralizó, mientras China y el gobernador británico de Hong Kong lo ignoraban.

Las leyes, regulaciones y códigos de edificación no se aplicaron. «Nunca hubo supervisión ni planificación para decidir cómo debería ser el lugar. Creció como una respuesta orgánica a las necesidades de la gente», cuenta Girard.

La mafia china, llamada los Triads, controló la ciudad amurallada desde 1950 hasta finales de 1970

La única legislación aplicada en Kowloon era respecto a la altura de los edificios. Dada su cercanía al aeropuerto, los edificios no podían tener más de 13 o 14 pisos.

La mafia china, llamada los Triads, controló la ciudad amurallada desde 1950 hasta finales de 1970. Empezó a conocerse como un refugio para la prostitución, las apuestas y las drogas.

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Pero cuando Girard comenzó a explorar la ciudad en 1987, ya era bastante más segura. «La ciudad se normalizó, pero su reputación siempre la acompañó. Era el lugar que tus padres te decían que nunca visitaras», rememora.

Las calles de la ciudad amurallada eran estrechas. La anchura de la mayoría era inferior a dos metros, y algunas eran tan estrechas que tenías que caminar de lado para atravesarlas. Una enorme red de pasajes en los niveles superiores permitía atravesar la ciudad sin caminar al nivel del suelo.

La ciudad amurallada no era el tipo de sitio por donde te gustaría deambular, especialmente por la noche. La mayoría de sus habitantes se limitaban a moverse por las calles que conocían para ir y volver del trabajo. 

Kowloon: ciudad sin ley

Lui, el cartero de la ciudad, fue asignado para realizar las entregas en Kowloon en 1976. Cuando Girard le conoció, era una de las pocas personas que conocía todos los rincones de la ciudad. Llevaba una gorra para protegerse del goteo constante de los techos.

Dado que no había regulación ni licencias en la ciudad, era fácil montar un negocio. Los alquileres, mayormente controlados por aquellos que tenían «derechos de ocupación», eran bajos comparados con el resto de la ciudad.

Los habitantes de Hong Kong visitaban la ciudad a menudo para comer en los restaurantes que servían carne de perro

Muchos empresarios aprovecharon la oportunidad. Ho Chi Kam llevaba una peluquería con su mujer en la ciudad hasta 1991. Después de que Ho tuviera que dejar la ciudad amurallada a la fuerza, volvió a trabajar por cuenta ajena porque no podía permitirse el alquiler en otro sitio.

Médicos, dentistas y otros profesionales que emigraron de China descubrieron que sus licencias no valían en Hong Kong, y muchos habían montado sus oficinas en la ciudad amurallada porque no había ley.

La ciudad empezó a reconocerse como un lugar donde la clase obrera de Hong Kong iba al médico o al dentista. Los servicios eran más baratos porque los médicos y dentistas no podían ejercer en otro sitio de la ciudad.

Wong Cheung Mi era una de las muchas dentistas en la ciudad amurallada. La falta de regulación era aún más importante para los muchos productores de carne en Kowloon.

La industria en Kowloon

La comida formaba gran parte de la cultura de la ciudad amurallada. Los habitantes de Hong Kong visitaban la ciudad a menudo para comer en los restaurantes que servían carne de perro. Los estofados de perro, tradicionalmente preparados con cachorros de chow de 6 meses, era un plato popular hasta que los británicos lo prohibieron.

Hui Tuy Chow abrió su fábrica de noodles en 1965. Eligió la ciudad amurallada porque los alquileres eran bajos y no necesitabas licencia para abrir un negocio. En Hong Kong los dueños de tiendas necesitaban conseguir licencias de los departamentos de trabajo, salud e incendios. 

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La ciudad amurallada tenía su propio microclima, según Girard, debido a la enorme cantidad de tuberías, cables y alcantarillado en el edificio | The Independent

Muchos de los negocios en Hong Kong fabricaban sus productos en Kowloon. Uno de sus productos principales eran ojos de pez, que vendían a restaurantes en la ciudad.

Esta fábrica de goma la manejaban solo entre dos hombres. A menudo, espacios comerciales como este supermercado se convertía en una vivienda o un espacio donde los niños podían hacer los deberes al final de la jornada.

Un propio microclima

Según Girar, la ciudad amurallada tenía la cultura de un pueblo, dado el reducido espacio que incluía tanto viviendas como negocios. Law Yu Yi, de 90 años, vivía con la mujer de su hijo en un pequeño apartamento en un tercer piso. Es habitual que las mujeres cuiden de sus suegros.

La ciudad amurallada tenía su propio microclima, según Girard, debido a la enorme cantidad de tuberías, cables y alcantarillado en el edificio. En los pisos superiores siempre hacía calor y había mucha humedad.

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Dadas las condiciones húmedas y olorosas en los pisos inferiores, las azoteas de Kowloon se convertían en un espacio donde pasar las tardes. Las personas quedaban, hacían la colada, los deberes o practicaban con sus instrumentos musicales.

«Era como un extraño jardín urbano. Había un montón de desperdicios procedentes de los hogares. Era un poco molesto de ver, pero comparado con la zona inferior, el aire era ligero y corría una brisa. Era agradable subir ahí después de vivir y trabajar en los pisos inferiores», afirma Girard.

Pese a una tasa de criminalidad reducida, ni los británicos ni los chinos consideraban que la ciudad fuera tolerable. En 1987, ambos gobiernos decidieron derribarla.

Tras desahuciar a los 33.000 habitantes a lo largo de los siguientes cinc años, la demolición empezó en 1993. Los residentes recibieron una compensación económica, pero muchos protestaron diciendo que no era suficiente.

Noticia original de Business Insider. Autor: Harrison Jacobs

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