Más allá de la tierra: el turismo de lujo mira al espacio y al mar

Un congreso en Marbella ahonda en el turismo espacial y subacuático como los nuevos desafíos del turismo de lujo

Más allá de los yates y las suites de lujo, de los mayordomos y los jets privados, la búsqueda de experiencias originales y personalizadas guía el futuro del turismo premium que busca, además, bajo el agua y en el cosmos, sus nuevos destinos.

Las ideas más disruptivas e innovadoras en relación al turismo espacial y subacuático, desde los futuros viajes a la luna para turistas a expediciones para buscar vida bajo la Antártida, se han dado cita durante dos días en Marbella, en el marco del Space & Underwater Tourism Universal Summit (SUTUS).

Celebrado en la escuela internacional de alta dirección hotelera Les Roches Marbella, la primera edición de este evento que ha reunido a empresas y aventureros que apuestan por llevar el turismo mucho más allá de las fronteras conocidas, y tanto en el espacio como en las profundidades de los océanos.

El espacio y el océano, actuales límites para los viajes, son muy parecidos como fronteras según los expertos

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Volveremos a la Luna

El espacio y el agua, entendidas como fronteras o límites para el turismo, “son muy parecidos”, apunta el director de Les Roches Marbella, Carlos Díez de la Lastra.

“Sabemos que las primeras expediciones turísticas al espacio o a las profundidades marinas no serán cómodas y no gozarán de grandes privilegios, pero serán el primer paso de un bonito e histórico viaje de exploración”.

Prototipo del hotel de lujo espacial que se pretende orbitar sobre la Tierra.
Prototipo de Aurora Station, el hotel de lujo espacial que se pretende orbitar sobre la Tierra.

Cincuenta años después de la llegada del hombre a la Luna, nuestro satélite sigue despertando nuestra curiosidad.

Una empresa está desarrollando una tecnología que permitiría imprimir ladrillos con material obtenido de la propia superficie de la Luna

Empresas como el Grupo Internacional de Exploración Lunar de la ESA para Keynote ya estudian en bases análogas en la Tierra, como la que poseen en Hawái, soluciones para atajar los efectos nocivos del polvo lunar o diseños para futuros hoteles lunares, todo ello enfocado al desarrollo a gran escala de experiencias espaciales para un viajero comercial.

Hoteles con piezas impresas en 3D

En este sentido, empresas como Harris Corporation dirigen sus investigaciones a la tecnología 3D para la creación de instrumentos que permitan la vida en el espacio, desde componentes electrónicos a material médico, piezas de repuesto y soluciones a posibles averías durante la estancia, así como herramientas que ahorren espacio en los viajes y solventen posibles incidentes de forma rápida y eficiente.

¿Un ejemplo práctico? Gracias a la tecnología 3D es posible fabricar ladrillos a partir de material obtenido de la propia superficie lunar, un avance sin precedentes para la construcción de futuros hábitats y recintos turísticos en otros planetas.

La aplicación de esta tecnología no está exenta de riesgos: los aparatos deben ser capaces de trabajar en entornos agresivos, y los materiales deben ser capaces de sobrevivir y adaptarse a las condiciones que ofrece el espacio: radiación ultravioleta, temperaturas extremas o impactos de micrometeoritos y restos orbitales, entre otros.

Ana Bru. Foto SUTUS
Ana Bru viajará con Virgin Galactic al espacio.

Vuelos espaciales

También avanzando futuros viajes espaciales se ofrecen ya experiencias como la de sentir la ingravidez o experimentar vuelos espaciales realistas, que se ofrecen en la escuela de capacitación Space Training Academy en Bélgica.

Los cursos, de un mes de duración, tienen precios desde 15.000 euros, mientras que un vuelo para experimentar la gravedad cero ronda los 3.500 euros.

Antes de ir al espacio, los viajeros tendrán que prepararse tanto física como psicológicamente; ya hay empresas que ofrecen esta formación

Y es que, según explica la entrenadora y coach de esta escuela, Nancy Vermeulen, “los astronautas privados deben estar formados, no solo físicamente, sino también psicológicamente, mediante un entrenamiento que los acerque a la experiencia real y les genere unas expectativas realistas de lo que se pueden encontrar”.

[Para leer más: No es la luna… pero se le parece]

Un hecho que conocen de primera mano la primera mujer española que viajará al espacio con Virgin Galactic, Ana Bru; el primer astronauta civil español elegido por Buzz Aldrin, Eduardo Lurueña; y Ángel Jané, seleccionado para establecer una colonia en Marte dentro del programa Mars One, y que compartieron sus experiencias en SUTUS.

Pisces VI Submarine
Una de las naves de Pisces VI Submarine.

Explorar el mundo submarino

Junto al espacio, el mundo submarino ofrece ingentes posibilidades de exploración y turismo puesto que se trata de “un cosmos más desconocido que buena parte del universo”, señala el presidente del Clúster marítimo marino de Andalucía, Javier Noriega.

El desarrollo de este tipo de viajes incluye desde visitas a yacimientos arqueológicos en el fondo del mar hasta rutas submarinas que permiten conocer su fauna, pasando por expediciones mitad turísticas y mitad científicas como las que ofrece Pisces VI Submarine.

Sus naves, con capacidad para un piloto y dos observadores, bajan 2.108 metros y permiten acceder a lugares “donde ningún humano ha estado antes”, explica su presidente, Scott Waters.

Una inmersión de un día en sus instalaciones en Canadá alcanza 12.000 euros, mientras que bajar a las profundidades de la Antártida, que será su próximo destino, costará 50.000 euros en un viaje de 25 días de duración.

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