‘Presencia’: cuando el arte cambia bajo tus manos

El innovador Daan Roosegaarde lleva al Museo de Groningen un paisaje fosforescente que cambia de forma y color debido a la interacción con los visitantes

Desde su estudio en Róterdam, el artista holandés Daan Roosegaarde trabaja para cambiar las ciudades del mañana a golpe de imaginación, tecnología y diseño, pero también arte y poesía. Ahora -y por primera vez- lleva a un museo su concepción de iluminación sostenible en una instalación interactiva que pone el acento en las personas como poderosos agentes de cambio.

Conocido por proyectos como ‘Glowing Nature’, un alga bioluminiscente brilla con el contacto generando iluminación natural y sostenible; ‘Smog Free Project’, un torre que aspira el aire contaminado y lo limpia, o el carril bici que se carga de día y brilla de noche sin gasto energético, Roosegaarde aterriza ahora en un museo con su primera gran obra en solitario.

El museo holandés de Gorningen acoge la primera gran instalación de Roosegaarde en solitario 

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Un paisaje de ‘lolas’

El museo holandés de Gorningen acoge esta instalación que, bajo el nombre de ‘Presencia’ recibe al visitante con una tenue y misteriosa luz que emana del suelo.

 


 
Formas que parecen medusas, organismos luminiscentes transparentes que provienen del mar -y que el artista ha empleado en varios de sus proyectos como fuente de iluminación sostenible- permanecen inmóviles bajo los pies.

Pero solo hasta que son tocadas y, de repente, la sala cobra vida: las medusas se mueven y dejan atrás un sendero luminoso. Entonces el suelo, previamente un lienzo vacío, se muestra como una maraña de caprichosas líneas verdes luminiscentes.

Frente al tradicional concepto de los museos, donde por sistema no se pueden tocar las obras de arte,  esta exposición anima al visitante a comprobar los efectos de sus acciones sobre la instalación

La instalación está formada por esferas luminosas conocidas como ‘lolas’, cuya forma y color cambia constantemente debido a la interacción con los visitantes, dando lugar a paisajes repletos de sorpresas y elementos inexplicables.

Presence, de Daan Roosegaarde.
Todo en la exposición se puede tocar. ​Foto: Studio Roosegaarde.

Visitantes como agentes del cambio

El énfasis de la interacción física del visitante con la instalación es deliberado, explican desde el museo, porque el creador quiere transmitir la idea del “poderoso papel de las personas como agente de cambio”.

Así, en ‘Presencia’ los visitantes pueden tocar y mover prácticamente todo, un concepto rompedor en un museo donde, como norma generalizada -y a veces condición molesta- bajo ningún concepto se pueden tocar las obras de arte.

“Quería crear un lugar donde te sientas conectado”, señala Roosegaarde, donde «tú haces el trabajo y el trabajo te hace».

Carril bici diseñado por el estudio Roosegaarde.
Carril bici diseñado por el estudio Roosegaarde.

Así los visitantes “cambian de espectadores a fabricantes y de fabricantes a partes de la instalación”, añade el artista.

Esta muestra que indaga en elementos más profundos como la plasticidad del cerebro y cómo los entornos, prácticas y hábitos son capaces de moldear algo que se pensaba inamovible como el cerebro humano, podrá visitarse hasta el 12 de enero de 2020 en el Museo de Groningen. 

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