El rascacielos de Singapur que se burla de la ley de gravedad

La flamante Torre Robinson, en el distrito financiero de Singapur, parece flotar en el aire gracias a su innovador diseño

Singapur, siempre ansioso de coleccionar edificios de vanguardia como Dubái, Nueva York, Tokio y Londres, presentó en sociedad a la Torre Robinson, un rascacielos que se atreve a decirle a Newton que la ley de gravedad no tiene jurisdicción en esta ciudad-estado.

Este edificio, con un volumen de 24.000 metros cuadrados, no es el más alto de la metrópoli (tiene 30 pisos), pero lo que llama la atención es el quiebre de la estructura en sus primeras plantas, donde un corte en diagonal mantiene en equilibrio al resto de torre.

En los primeros pisos la Torre Robinson se interrumpe y deja paso a un jardín de terrazas, donde cualquier residente y turista puede subir a tomar una copa

Esta parte superior, alrededor de dos tercios de todo el volumen, sube al cielo con sus lados cortados en ángulos filosos, lo que permite que se tenga una panorámica diferente del edificio desde diversos puntos de la ciudad.

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La Torre Robinson interrumpe su estructura para dar paso a unas terrazas escalonadas. Foto: KPF.

Espacios verdes en medio del rascacielos

En la sección donde la Torre Robinson se interrumpe se despliega una serie de terrazas escalonadas, con dos grandes columnas en diagonal que sostienen al resto de la estructura como si fueran los brazos de un gigante.

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En este sector se puede tomar una copa o tener una comida ligera, rodeado de una abundante vegetación y con espectaculares vistas al puerto cercano.

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Los 20 pisos de la estructura superior parecen flotar en el aire. Foto: KPF.

Urbanismo sostenible

El edificio fue diseñado por el estudio Kohn Pedersen Fox (KPF), de Nueva York, y servirá para alojar oficinas; entre ellas las de la misma firma de arquitectura.

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Un bosque urbano se esconde en el interior del rascacielos. Foto: KPF.

La torre se construyó bajo el concepto del “urbanismo sostenible”, que sigue la directiva del gobierno de Singapur que ordena que los promotores otorguen tantos espacios verdes a la comunidad como los que quitan con sus proyectos.

El llamativo diseño con ángulos en V permite que las plantas de la Torre Robinson reciban más luz natural que otros edificios

De esta manera el estudio KPF logró levantar su torre y ofrecer a los residentes de Singapur, así como a los turistas, un pequeño parque urbano ubicado en las alturas.

Diálogo con un mercado histórico

Este punto de esparcimiento, dijo la constructora en un comunicado, mantiene un diálogo con el vecino Lau Pa Sat, un mercado histórico que es parada obligatoria de los turistas que llegan a este pequeño país del Sudeste Asiático.

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“El dinamismo de la torre se libera del corsé de las fachadas uniformes, integrando espacios verdes y ofreciendo a la población diversos espacios de usos mixtos”, precisaron en KPF, recordado por ser uno de los diseñadores del renovado aeropuerto de Changi, en Singapur.

Además su estructura con ángulos en V permiten que las plantas reciban una mayor cantidad de luz que si tuviera un clásico diseño de cuadrilátero.

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Dos columnas en diagonal sostienen a la gigantesca estructura. Foto: KPF.

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