‘Solo travellers’ o por qué viajar en solitario te hace viajar mejor

Aumenta la seguridad, la autoestima y la capacidad de tomar decisiones: estos son los beneficios de viajar en solitario

Hace falta valor para lanzarse a un viaje en solitario por primera vez. Sin embargo, superada la barrera (temor a parecer excéntricos, miradas compasivas de otros viajeros, sentimientos de soledad) se convierte en una opción que puede contribuir a nuestro bienestar personal, permitirnos conocernos mejor y, además, ser mejores viajeros.

Los solo travellers, también llamados singles, constituyen un segmento en constante crecimiento, especialmente entre las mujeres: solo en España y en los últimos dos años la cifra se disparó un 335% según datos de la plataforma Airbnb.

Aunque la industria de los viajes no está diseñada para viajeros en solitario, cada vez más compañías ofrecen productos a medida para estos usuarios

Una tendencia en auge que se nutre de diferentes factores que van desde los cambios demográficos que ha experimentado la sociedad en las últimas décadas a las facilidades que aporta la tecnología, pasando por la multiplicación de ofertas y propuestas dirigidas a este segmento.

Cada vez más viajes en solitario

El auge de la categoría solo travellers responde, para el profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC Pablo Díaz a una “dinámica propia de los tiempos en que vivimos”.

Se viaja más en global, sí. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), 2018 se cerró con un incremento del 6% de viajeros en el mundo hasta alcanzar los 1.400 millones, pero los valores que se asocian a los viajes en solitario, como reto, libertad de movimiento, flexibilidad, autoaprendizaje y posibilidad de conocer gente nueva están también en auge.

También, señala, porque “la posibilidad de compartir y difundir estas experiencias se ha facilitado enormemente por las redes sociales”.

Viajar solos nos pone a prueba. Foto: Alice Donovan Rouse | Unsplash.
Viajar solos nos pone a prueba. Foto: Alice Donovan Rouse | Unsplash.

También influye el abaratamiento de opciones de alojamiento y movilidad que antes penalizaban a estos viajeros. “Se están viendo disminuidas por la mayor flexibilidad a la hora de escoger fechas y la adecuación de la oferta a este nuevo nicho de mercado”, sostiene Díaz.

Aspectos como el envejecimiento, la crisis de modelos de familia tradicional o el empoderamiento femenino están entre los motivos del auge de los ‘solo travellers’

Viajar para conocerse mejor

El profesor de los Estudios de Economía y Empresa y director del máster universitario de Responsabilidad Social Corporativa, Lluís Garay, apunta también a cambios sociodemográficos de las últimas décadas como principales responsables de la nueva tendencia.

Así, aspectos como el envejecimiento, la crisis de modelos de familia tradicional o el empoderamiento femenino estarían entre las causas.

También las modernas motivaciones favorecen viajar solo, según este experto: “por ejemplo las relacionadas con el deporte, la montaña o incluso aquellas relacionadas con el autoconocimiento, como el Camino de Santiago”.

“También es fácil entender que una persona soltera con unos ingresos medios-altos y con suficientes días de vacaciones, dispone de unas oportunidades que otros perfiles no tienen”, añade el profesor de la UOC.

La tecnología también impulsa este segmento ya que da visilidad a los viajeros en solitario que comparten sus aventuras en las redes sociales y también permite facilidades logísticas en cuanto a planificación, independencia y flexibilidad

Tecnología como impulso

La tecnología empuja también a estos viajeros, especialmente gracias a las facilidades en cuanto a planificación, independencia y flexibilidad.

También muy importante es la inspiración, ya que la comunidad creciente de viajeros solos hace un uso intensivo de la tecnología mediante las redes sociales en los que documentan su experiencia.

Ya durante el viaje, “el sentimiento de soledad se puede ver disminuido por el uso de las redes sociales que permiten compartir las experiencias con sus seres más cercanos», explica Díaz. También a través de la tecnología el viajero puede relacionarse con otros viajeros o con locales “a través de aplicaciones de encuentro, actividades o compartir desplazamientos”, entre otras.

Viajar solo para viajar mejor

Más allá de la tendencia y las facilidades logísticas, los expertos recomiendan esta experiencia, independientemente del estado civil, por sus beneficios personales en cuanto a autonomía, seguridad y autoestima.

Viajar solos nos saca de la zona de confort. Foto: Ben O'Bro | Unsplash.
Viajar solos nos saca de la zona de confort. Foto: Ben O’Bro | Unsplash.

Al viajar solos nos conocemos mejor a nosotros mismos, salimos de la zona de confort y nos planteamos qué cosas realmente nos apetecen y cuáles hacemos movidos por la postura de la pareja o del grupo.

Al viajar solos mejoramos nuestra toma de decisiones puesto que todo depende de uno mismo

También sirve para disfrutar de la compañía de uno mismo, algo que parece obvio y que en muchos casos es un desafío. Rompemos el mito de que viajamos solos porque no tenemos amigos o alguien con quien ir.

También aprendemos a enfrentarnos a sensaciones o sentimientos que, si vamos en pareja o en grupo, posiblemente evitaríamos.

Al viajar solos mejoramos nuestra toma de decisiones, puesto que de alguna forma todo depende de uno mismo y no hay demasiado espacio para la duda.

Más resueltos y audaces

En el cerebro se crean nuevas conexiones neuronales, señala la profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, Sílvia Sumell, “puesto que de alguna manera lo estamos exponiendo a situaciones nuevas y lo estamos estimulando”.

Los ‘solo travellers’ aprenden a buscar recursos para resolver diferentes problemas o situaciones que puedan surgir y ponen en práctica nuevas habilidades

Estas situaciones van desde el hecho de estar en contacto con gente nueva hasta vernos inmersos en un idioma o paisaje diferentes o tener que hacer uso de un mapa para poder llegar a los lugares.

En este sentido, aprendemos a buscar recursos para resolver diferentes problemas o situaciones que nos puedan surgir. Ver de lo que hemos sido capaces nos hace sentir mejor y, a la vez, nos estimula para hacer frente a posibles miedos o inseguridades.

Otra razón para lanzarnos a la aventura de viajar solos es que potenciamos diferentes áreas cognitivas como la orientación espacial, la capacidad de organización y planificación, las funciones ejecutivas y la capacidad de atención, concentración y memoria (el hecho de estar solo hace que tengamos que estar más alerta y atentos a lo que hacemos, puesto que no dependemos del grupo o de la pareja).

También fomenta el aprendizaje o práctica de idiomas y pone a prueba nuestras habilidades sociales a la hora de relacionarnos con gente nueva o perteneciente a otra cultura.

Por último, añade Sumell, nos ayuda a “romper falsos mitos sobre la gente, culturas, esquemas que tenemos o prejuicios”.

a.
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