Una guía para seguir las huellas literarias de Barcelona

Si la ciudad (Barcelona o cualquier otra) es un organismo vivo, que cambia con los años y que tiene diferentes ópticas según el observador, nadie mejor para retratarla que un escritor que vive, respira y pasea por sus calles. Esa es la idea de Barcelona: título provisional, la invitación a un viaje literario por la ciudad.

Publicado por la editorial del Ayuntamiento de Barcelona, este libro presenta varios recorridos de la relación entre la ciudad y la literatura, además de ocho retratos de escritores claves en la historia de las letras de la metrópolis, realizado por otros escritores o periodistas expertos en cultura.

Lejos de las guías tradicionales

Cabe aclarar que este no es un libro de rutas de libros o personajes, como los populares paseos temáticos de la Catedral del Mar de Idelfonso Falcones o de la tetralogía de El cementerio de los libros olvidados, de Carlos Ruiz Zafón.

Aquí no encontrarán ni mapas ni recorridos con líneas de puntos. Se trata de tomar a un autor o un fenómeno y analizarlo como un prisma bajo las luces de la ciudad.

Sí ayuda algunos datos puntuales de edificios, comercios o sitios nombrados en cada capítulo con unas fotos en blanco y negro que dan una pista de ambientación, pero el resto es un viaje de letras a través de las letras.

La Barcelona del vicio

Hay cuatro capítulos temáticos: el primero es La Barcelona del vicio, un retrato de Andreu Gomila de la ciudad canalla, oscura, divertida y marginal, que ya en 1910 era descrita por Juli Vallmitjana y donde Josep Maria de Segarra sacó a la luz las miserias del Barrio Chino (o sea el Raval).

El boom latinoamericano no se generó en México, Buenos Aires o Bogotá sino en Barcelona

También está Francesc Casavella y su descripción de los enfrentamientos entre bandas y Mathias Enard que habla de la ciudad turística pero con puntos ciegos donde nadie quiere ver.

El boom latinoamericano

Barcelona puede presumir de ser una de las pocas ciudades del mundo en que dos futuros premios Nobel vivieron en la misma esquina. Se trata del cruce de las calles Osi y Caponata, en el barrio viejo de Sarrià, donde en los años ’60 vivieron Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez, respectivamente.

Por esas paradojas geográficas la cuna del boom latinoamericano no estuvo en ese continente sino en la capital catalana, donde además de esos escritores también vivieron José Donoso, Jorge Edwards, Cristina Peri Rossi, Danubio Torres Fierros y una larga lista.

Y si otras grandes plumas como Julio Cortázar o Carlos Fuentes no tenían domicilio, sí realizaban una visita cada tanto, precisa el capítulo escrito por Xavi Ayén.

El trabajo de la agente literaria Carmen Balcells y el florecimiento de editoriales fueron claves para que Barcelona sea la meca de la literatura hispana por un largo período, que fueron reflejados de manera directa o tangencial por varias generaciones de escritores latinos.

La Barcelona negra

Las callejuelas, las plazas sin vegetación ni gente, los polígonos industriales, los bares de mala muerte, pero también los restaurantes elegantes, las mansiones y las comisarías son los escenarios de una Barcelona de novela negra, explorados por la escritora Teresa Solana.

[Para leer más: Diez rutas para conocer la cara más literaria de España]

Es la ciudad que Pepe Carvalho recorre de arriba abajo, que tiene como punto de salida en 1950 a los personajes de Rafael Tasis y sus crímenes en Ciutat Vella, Gràcia y Poble Sec. O la de los bajos fondos, con su argot críptico, reflejado por Manuel de Pedrolo.

Y la de las detectives Apolònia Giu (creada por Maria Antònia Oliver) y Rebeca Santana (de Susana Hernández); reflejos de un oficio que cambia de perfil en el siglo XXI.

Fuera de la gran ciudad

El último recorrido temático es la Barcelona del extrarradio, la de los barrios donde muchos creen que no pasa nada y en realidad sucede de todo, así como de las localidades de la periferia.

Estos sitios son reivindicados por una nueva generación de escritores, analiza Marina Espasa, como Kiko Amat, Pons Codina, Javier Calvo o Francesc Serés, entre otros, que detallan una realidad alejada de los focos del centro y del frente marítimo.

Perfiles de primeras espadas

En este libro también se presentan los perfiles de ocho plumas catalanas y de otras latitudes recomendadas para entender a la ciudad, como son Quim Monzó, Merce Rodoreda, Jaume Cabré, Manuel Vázquez Montalbán, Roberto Bolaño, Juan Marsé, Montserrat Roig y Maria-Mercè Marçal.

En ellas se realiza un paralelismo a dos bandas: la vida personal y creativa del escritor, y la ubicación de sus obras en la ciudad.

Allí se ve cómo Barcelona fue retratada en sus novelas y cuentos, y aportan pistas para seguir sus huellas en los bares, plazas y calles por donde transitaron de la mano de sus personajes.