Por qué el turismo de lujo elige a Barcelona

La capital catalana se ubica como la segunda ciudad favorita para el turismo más exclusivo, por detrás de Nueva York

Nueva York, desde una perspectiva del lujo, siempre será Nueva York: restaurantes de lujo en la Quinta Avenida, hoteles de cinco estrellas con vistas al Central Park, limousines esperando a la salida de un teatro en Broadway. La gran manzana es la meca del turismo del lujo.

¿Y cuál es la segunda? No es ni París ni Roma o Dubái: según la publicación especializada Condé Nast Johansens Barcelona es, tras Nueva York, la ciudad favorita para el turismo de lujo, aquel cuyos miembros se permiten un gasto medio anual de 3.500 a 6.300 euros en sus viajes.

En el sondeo de esta publicación, denominado “Hábitos Vacacionales de los Viajeros de Lujo 2016”, la capital catalana ha superado a las ciudades de Roma, Venecia, Florencia, París, Ámsterdam, Viena, Dublín y Copenhague.

Las razones para el crecimiento de Barcelona son la seguridad –donde se aprovecha el flujo de visitantes ‘prestados’ que solían viajar a destinos que ahora son conflictivos, como Turquía o Egipto-, la gastronomía, la abundante oferta de hoteles de cinco estrellas y la combinación de cultura, historia y deporte en una gran ciudad que, además, cuenta con mar y playas.

Qué buscan los turistas más exclusivos

El 83% de los encuestados por Condé Nast Johansens realiza de uno a cuatro viajes al año, y el 66% prefiere las escapadas urbanas como primera opción, seguida por las vacaciones en sitios costeros (48%).

Entre los parámetros para decidir un destino, el viajero de lujo es especialmente exigente con la oferta gastronómica y enológica (70%) y con la localización (cerca de la playa o cerca del centro de la ciudad). El número de estrellas del hotel y los galardones que haya conseguido son el cuarto requisito que observan (50%), así como la reputación del establecimiento (47%).

Aunque dispongan de ingresos superiores a los 100.000 euros anuales, este tipo de turista prefiere viajar en clase turista (57%), en un ahorro que prefieren destinar para pagar hoteles de mejor categoría. El resto de los viajeros prefieren viajar en clase turista superior (37%), business (26%) y primera clase (5%). Hay un pequeño 1%, pero de muy alto poder adquisitivo, que se permiten el capricho de usar un jet privado para llegar a destino.

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